Los expertos ya advirtieron de que contener una eventual propagación de este mal en la capital económica de Nigeria, una megalópolis de más de 20 millones de habitantes con infraestructuras sanitarias en pésimo estado y con hospitales públicos mal equipados e insuficientemente financiados, será un desafío.
Según el ministro de Sanidad, Onyebuchi Chukwu, no se cerrará ninguna frontera, ya que Nigeria no tiene frontera común con Liberia, Sierra Leona y Guinea, los tres países afectados por la epidemia, que desde hace varios meses causa estragos en el oeste del continente africano.
Sin embargo, fueron desplegados en todos los puertos y aeropuertos especialistas del ministerio de Sanidad para identificar a los visitantes que sufran de síntomas asociados con el ébola.
La huelga nacional de médicos, desde el 1 de julio recién pasado, complica aún más la situación. Los responsables de la Asociación Médica Nigeriana, que lanzaron el movimiento, fueron convocados urgentemente este sábado en Abuja, “con el objetivo de poner fin a la huelga nacional”, según un expresidente de dicha asociación, Temiye Edamisan.
La prioridad de las autoridades nigerianas parece ser evitar el pánico en ese país más poblado del continente (más de 170 millones de habitantes).