El novedoso sistema, denominado Aggie Bus, funciona a través de placas de inducción de energía que transmiten la carga del suelo, las cuales cuentan con detectores de presencia, movimiento y temperatura, para desconectarse si una persona se acerca, a manera de que nadie corra peligro. La energía que transmite la base pasa por un distribuidor que se encarga de llevarla hasta las baterías del vehículo.
Los ingenieros responsables de la tecnología han conseguido que el sistema logre transferir al colectivo el 90 por ciento de electricidad. De esta manera, las baterías de los autobuses no necesitan ser de gran capacidad, pues se recargarán constantemente en pequeñas dosis.
“La tecnología empleada para el Bus Aggie es un logro histórico y un gran paso en la ciencia e ingeniería relacionada con los vehículos eléctricos”, comenta Robert T. Behunin, presidente de la USU.
El proyecto se pondrá en marcha el próximo año en el campus de la universidad, ubicado en la ciudad de Logan, en la península norte de Utah.