Detalles
Cada lente de contacto tendrá un grosor de 1.55 milímetros (mm) e incorporarán un reflector de espejos y un filtro. Con esta tecnología se logra que cuando la luz entra al ojo, el rebote de la misma aumente la visión percibida.
El desarrollo no podrá ser utilizado por cualquier persona, sino por pacientes con degeneración macular relacionada con la edad avanzada. Este padecimiento es la tercera causa de ceguera a escala mundial.
La degeneración macular afecta de manera gradual la retina, por lo que este lente de contacto se implantará directamente sobre el órgano, a fin de detener el daño visual. Asimismo, el paciente deberá utilizar unos anteojos complementarios que efectuarán un monitoreo de los movimientos del ojo y regularán la cantidad de luz que necesita el usuario para ver mejor.
Los científicos explicaron que los ojos tienen una capacidad selectiva para amplificar la visión, por lo que es necesario combinar las gafas con los lentes de contacto. De esta manera, con un guiño, los dispositivos también adaptarán el campo de visión y la mirada periférica.
El primer experimento, que consistió en introducir canales de aire para oxigenar el ojo, fue positivo, por lo que ahora se busca mejorar la sensación de incomodidad, puesto que la persona podría evidenciar malestar con la incrustación de estos diminutos accesorios.
Al servicio de la salud
Estos son algunos equipos similares.
Las empresas Novartis y Google se unieron en el 2014 para crear unos lentes que monitorean la salud de visual.
Años antes, científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, crearon unas gafas llamadas Sensimed, las cuales controlan la progresión del glaucoma, una enfermedad que afecta a más de 4.5 millones de personas en el mundo.
Otras compañías han experimentado con la tecnología telescópica para tratar enfermedades oculares, pero todavía no hay datos concluyentes.