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¿Por qué estudiar ciencias puras?

Algunos estudiantes, teniendo el gusto por la ciencia, no siguen este camino. Conozca algunas ideas erróneas y cuál es la realidad acerca de estudiar una carrera científica.

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¿Por qué estudiar ciencias puras?

Elegir una carrera profesional es una de las decisiones más importantes de la vida.

Algunos descubrimos esa vocación poco antes de entrar a la universidad y nunca nos hemos arrepentido. En mi caso particular, me decidí a estudiar física y lo hice simplemente porque era lo que más me gustaba de todas las carreras del área tecnológica que ofrecían las universidades.

Sin embargo, hay quienes que teniendo el gusto y la inclinación por la ciencia no terminan de convencerse de seguir este camino.

Estudiar ciencia provee de un conjunto de conocimientos y habilidades que permiten la abstracción de conceptos, la formulación de modelos que describen la realidad y la generalización de ideas conocidas para ser aplicadas a la solución de problemas diversos. Por esto mismo es que muchas empresas en todo el mundo buscan contratar personas con formación científica, ya que son muy buenas resolviendo problemas difíciles.

Como decía al principio, escoger una carrera es una decisión muy importante. Personalmente considero que si se tiene el gusto y la inclinación por la ciencia, la decisión de seguir ese camino estará llena de retos y desafíos que desembocarán en grandes logros y satisfacciones.

Ideas erróneas

Veamos primero algunos de los argumentos que surgen para no seguir una carrera científica.

No encontraré trabajo como científico. Esa idea deriva de lo poco conocidas que son las carreras científicas. Al no conocer ni escuchar de nadie que labore como científico se cree que es porque no hay trabajo. La realidad de nuestro país es tal que cuesta encontrar trabajo en todos los ámbitos, por lo que no es cierto que estudiar una carrera más popular garantice un empleo al terminar la universidad.

No se sabe que existen carreras científicas. Muchas personas habrían deseado estudiar física, química, biología o matemática pura, pero decidieron ir por otro camino porque no sabían que estas carreras existen en Guatemala. A decir verdad, son carreras que no se ofrecen en todas las universidades y que en general tienen pocos estudiantes. Esto último resulta ser una ventaja, pues se puede obtener una educación más personalizada tanto dentro como fuera del aula.

Se desconoce el campo de trabajo. Un gran número de personas me ha preguntado: ¿aparte de la docencia, que otra cosa puede hacer un físico? También se imaginan que un científico es alguien con una bata blanca en un laboratorio rodeado de instrumentos sofisticados. Si bien la docencia y los laboratorios son parte esencial del quehacer científico, éste no se limita solo a eso. La ocupación científica por excelencia es el desarrollo de la investigación. Quienes se dedican a la ciencia pueden trabajar en la industria resolviendo problemas propios de diseño, manufactura, creación e innovación de productos y servicios. Se puede trabajar también en el gobierno en puestos claves de desarrollo tecnológico y toma de decisión. Y claro, se puede ejercer la docencia a todo nivel, desde las aulas de la secundaria hasta la dirección de tesis de doctorado.

La realidad

Algún lector podría pensar que en Guatemala no hay industrias que hagan investigación y que es difícil que el gobierno contrate científicos. Esto me lleva ahora a las razones por las cuales vale la pena considerar estudiar una carrera científica.

Tenemos un número muy bajo de científicos. Según el estudio GO SPIN de la UNESCO, Guatemala cuenta con 27 investigadores científicos por millón de habitantes. Los países en donde la ciencia y la tecnología tienen un impacto en la sociedad y la economía tienen por lo menos entre mil y mil 200. En otras palabras, nuestro país necesita una gran cantidad de científicos para salir adelante.

Muchos puestos en donde un científico sería idóneo son ocupados por alguien más. En vista de la falta de científicos profesionales, muchos trabajos que necesitarían de un químico, una bióloga o una matemática están siendo desempeñados por carreras afines.

Estudiamos la ciencia porque es lo que nos gusta y apasiona. Esta debería ser la motivación y la razón más importante de todas. Al final de cuentas, una persona prospera y avanza más en su trabajo siempre que disfruta lo que hace. Cuando es así las cosas se hacen con ganas y los logros producen una satisfacción enorme. Dedicarse a la ciencia y a la investigación es darle rienda suelta a la creatividad y la curiosidad innata de cada persona. Es por eso que la sociedad celebra los descubrimientos científicos como logros intelectuales de gran relevancia. Además, la historia nos ha demostrado que cada paso en el entendimiento científico de la naturaleza se refleja en un avance tecnológico que beneficia a la sociedad.