Un smartphone promedio en los Estados Unidos va a pasar de US$188 en 2011 a costar unos US$152 dólares en 2017 como resultado de un balance en la demanda en mercados emergentes. El crecimiento del sector de los móviles se espera que alcance entre un 20 o 25 por ciento, ya que los fabricantes estarán bajo la presión de absorber los costes de innovación para poder seguir en el mercado a precios competitivos.
“A medida que se desarrolle el mercado, la cadena de suministro estará cada vez más dividida en dos campos. Los innovadores que continuarán introduciendo nuevas características y componentes de alto rendimiento, y aquellos que llevarán esta innovación al mercado de masas pero en años posteriores“, señala Malik Saadi, analista principal de Informa Telecoms & Media. En una nota de prensa.
Estos cambios, plantea esta empresa, harán que los fabricantes tengan que replantearse su posición en estos nuevos ambientes para ser más efectivos en sus estrategias de mercado.
Sólo unos pocos fabricantes tendrán la capacidad de funcionar justo al otro lado del mercado, la gran mayoría tendrá que centrarse en segmentos particulares para reducir los costos y maximizar los márgenes.
Estiman que muy pocas empresas serán capaces de mantenerse al margen de esta nueva situación. Nokia, RIM, LG, HTC, Motorola y Sony tendrán dificultades para adaptarse a este panorama y por lo tanto tendrán que tomar decisiones estratégicas para poder entrar a la pelea de los móviles de alta gama, que hasta ahora está siendo dominado por Samsung y Apple. Pero también enfrentarán una dura competencia en el sector de los móviles de gama baja, un sector que dominan las empresas chinas.
Con información de ABC.es.