“En principio, sería posible utilizar un escáner o IRM para pronosticar algo sobre el futuro desarrollo que no puede ser pronosticado únicamente con tests psicológicos”, declaró a la AFP el profesor de neurociencias Torkel Klinberg.
“El beneficio podría ser una identificación precoz de niños que corren el riesgo de un mediocre desarrollo para que se les pueda dar una ayuda a tiempo”, agregó.
Entre 10 por ciento y 15 por ciento de los niños tienen problemas de atención y aprendizaje, lo que puede estar relacionado con una memoria a corto plazo inferior, es decir, la capacidad para mantener la información al alcance para resolver un problema.
Los escáners solos no permitirán pronosticar las futuras dificultades de aprendizaje, y Klingberg afirmó que serían combinados con tests psicológicos.
“Hasta ahora, las neuroimágenes sólo nos han dado fotos de un comportamiento que nosotros ya conocíamos”, dijo.
“Ahora esto nos dice que también podemos utilizar el IRM para algo nuevo”, explicó.
Para realizar este estudio se utilizaron muestras al azar de 62 niños sanos y jóvenes de 6 a 20 años, y se comparó su desempeño en tests cognitivos mientras eran escaneados.
Fueron sometidos a tests dos años después, y el estudio llegó a la conclusión de que los escáners anteriores podían ayudar a pronosticar la forma en que se desarrollaría su capacidad de aprendizaje.