Tecnología

La raqueta de tenis se suma a la revolución electrónica

Después de la madera, el aluminio y el grafito, la raqueta de tenis da un nuevo paso en su evolución: una versión "inteligente" a imagen de los 'smartphones', ya comercializada en Estados Unidos, continúa con su expansión por el mundo.

Después de la madera, el aluminio y el grafito, la raqueta de tenis da un nuevo paso en su evolución: una versión “inteligente” a imagen de los ‘smartphones’, ya comercializada en Estados Unidos, continúa con su expansión por el mundo.

Con la ayuda de unos sensores situados en el interior del mango, el producto, idéntico a un modelo tradicional, funciona como un robot que analiza la potencia del golpeo, la zona de impacto de la bola, los tipos de golpes realizados, pero también los efectos, el tiempo de juego, la regularidad, la resistencia…

“Hoy es como si Star Wars llegara al tenis”, celebra Eric Babolat, el máximo dirigente de la empresa francesa que lleva su nombre y que ha concebido esta ‘raqueta inteligente’.

Esta empresa, una de las más antiguas especializadas en el tenis, está convencido de que “de aquí a diez años, todos los modelos estarán conectados”.

La Babolat Play es la versión evolucionada de un modelo ya existente, el utilizado por la estrella china Li Na.

La única diferencia visible con el modelo tradicional es su color y un diodo azul situado en un extremo del mango, que parpadea cuando la raqueta se enciende.

Nadal y Tsonga la probaron

Es recargable y compatible con ordenadores, teléfonos móviles y otras tabletas a través de un cable USB o en modo bluetooth. Funciona con una aplicación que dirá al tenista, por ejemplo, cuántas bolas ha golpeado, cuántas eran liftadas o cuántas de otra forma.

La Babolat Play tiene también una vocación “social”, ya que los jugadores podrán comparar su nivel en internet y lanzar retos a otros rivales.

“Puede ser útil para un aficionado, pero también para una estrella como Rafael Nadal. Hoy, Rafa puede tener informaciones gracias a las cámaras que están junto a la pista, pero lo que ocurre cuando la bola golpea las cuerdas sigue siendo un misterio”, afirma Thomas Otton, director de comunicación de Babolat.

El número uno mundial español y el francés Jo-Wilfried Tsonga fueron los probadores de un prototipo hace dos años, durante una exhibición. Eric Babolat espera ahora que una estrella la utiliza en una competición, ya que desde el 1 de enero esta raqueta está homologada para los circuitos ATP y WTA.

Sony asociado con Yonex

Hay quien tiene más dudas sobre su uso por profesionales. Jean-Christophe Piffaut, exconservador del museo Roland Garros en París y autor de obras sobre tenis, lo ve más para un público aficionado.

“Los jugadores de alto nivel tienen un entrenador y disponen de muchas informaciones gracias al vídeo. Creo que esto sólo vendría a confirmar lo que ya saben”, estimó.

Eric Winogradsky, responsable de alto nivel masculino en la Federación Francesa de Tenis (FFT), está convencido de lo contrario.

“El cruce de datos es interesante. Hay que tener las cosas claras: el futuro es ese. Otros deportes se han adaptado ya. ¿Por qué no tendríamos que aplicar las evoluciones tecnológicas al nuestro?”, se preguntó el exentrenador de Tsonga y Gael Monfils.

Su precio es de 399 euros, el doble que un modelo clásico, y se espera que pronto tenga competencia en el mercado.

La empresa japonesa Sony ha preparado un sensor que podría adaptarse a todos los tipos de raquetas. En mayo se lanzarán unos primeros modelos, en colaboración con el fabricante Yonex.

Si la idea tiene éxito, la batalla entre las empresas se desplazará al terreno de ver quién puede aportar más innovaciones a sus raquetas inteligentes, como ocurre hoy con la telefonía móvil.

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