The Witness se experimenta en modo “primera persona”, y permite movilizarnos de manera libre para investigar y conocer cada rincón del misterioso lugar, de la manera que querramos.
Debido a que no hay ningún tutorial ni explicación previa, el verdadero reto radica en saber relacionar las pistas que se van encontrando y no rendirse en aquellos momentos de “bloqueo” en los que no sepan descifrar los acertijos, algo que suele suceder en este tipo de juegos y puede representar varias horas sin “avanzar” en la historia.
Tráiler de The Witness.
A unir puntos
En The Witness casi todo tiene que ver con unir puntos. A medida que exploramos y nos deleitamos con los gráficos de los paisajes de la isla, aparecen objetos de todo tipo cuya dinámica consiste en llevar un punto de un lugar a otro.
Aparentemente esto es sencillo, pero requiere de pensar mucho y de asociar ideas de distintas escenas, en medio de símbolos raros que arrojan soluciones pero también nuevas interrogantes.
Si busca un videojuego que le estimule la mente al máximo, The Witness lo sorprenderá.