Ese es precisamente el tema central del esperado videojuego Watch Dogs, disponible para varias plataformas.
En este título de acción, desarrollado por la empresa francesa Ubisoft, el jugador no controla al típico héroe armado hasta los dientes con todo tipo de pistolas, sino más bien se pone en la piel de un antihéroe que puede acceder la información de toda una ciudad como medio de defensa.
Palabras como “invasión de la privacidad” y “vigilancia” son claves en este juego, que desde su anuncio causó gran expectativa por sus paralelismos con el espionaje estadounidense revelado por el exagente de Seguridad Nacional Edward Snowden.
COMO EN LA VIDA REAL
En Watch Dogs, el protagonista es Aiden Pearce, un pirata informático que usa su teléfono para acceder al Sistema Operativo Central de la ciudad y que controla desde el sistema eléctrico hasta las redes bancarias y telefónicas. En lugar de avanzar con diferentes armas conforme pasa el tiempo, el jugador puede acceder a todo a medida que supera niveles: desde conversaciones telefónicas hasta registros médicos, computadoras y luces de semáforos.
“Sabíamos que teníamos un tema pertinente”, dijo el desarrollador de Ubisoft Canadá Dominic Guay cuando la firma dio un avance a la prensa del juego en la conferencia E3 del año pasado.
“Puse el canal CNN y la primera frase que escuché fue invasión de la privacidad. Cambié de canal y en Fox estaban hablando de vigilancia, entonces le dije a mi director creativo que esas palabras clave tenían que ser nuestros objetivos”, añadió.
Pearce comienza su odisea buscando venganza por un asunto amoroso, pero a medida que descubre más datos de los habitantes de la ciudad se transforma en un “vigilante comunitario” o “watch dog”.
“La mayoría de los hacks que tienen lugar en el juego están basados en cosas reales que pasaron en la vida real”, señaló Guay.