Según el coordinador del estudio, Hans-Willem Snoeck, este relativo éxito en la transformación de las células madre humanas en células del corazón, beta del páncreas, intestinales, del hígado y nerviosas, abre todo tipo de posibilidades para la medicina regenerativa.
A pesar de que todavía pasarán muchos años para cualquier aplicación clínica de este logro, el investigador señala que se puede empezar a pensar en hacer trasplantes que utilizan las propias células de la piel de un paciente para generar tejido pulmonar funcional.
La investigación se basa en el descubrimiento de Snoeck, en el 2011, de un conjunto de factores químicos que pueden convertir células embrionarias o células madre pluripotentes inducidas (iPS) humanas en células del endodermo del intestino anterior, precursor de las células del pulmón y las vías respiratorias.
Las células iPS humanas se parecen mucho a las células madre embrionarias humanas, pero se generan a partir de células de la piel, persuadiéndolas para ralentizar su desarrollo. Estas pueden ser estimuladas para diferenciarse en células especializadas, lo cual ofrece a los investigadores una alternativa a las células madre embrionarias humanas.