Escenario

No han cambiado

En el nuevo Diccionario de la lengua española las palabras anglosajonas con equivalencias en español no han tenido cabida.

María del Rosario Molina, escritora. (Foto Prensa Libre: María del Rosario Molina)

María del Rosario Molina, escritora. (Foto Prensa Libre: María del Rosario Molina)

Apresúrate y lee —me ordenó Titivillus, el diablillo medieval que colabora conmigo en pescar gazapos, con la diferencia de que él carga al mismo Averno con quienes los escriben o pronuncian y yo solo los corrijo—. Se había aposentado en mi estudio, pues estaba muy interesado en que buscara en la recién salida vigesimotercera edición del  Diccionario de la lengua española (DRAE), que ya tengo en mi haber, ciertas palabras cognadas que en inglés significan una cosa y  en español otra, pero se están usando mal por una gran mayoría. Pensaba seguramente en la cosecha de mal hablantes que puede seguir haciendo.

—¿Qué dice de rentar, del inglés “to rent”?— me preguntó ansioso. Le respondí que textualmente se lee: “Producir o rendir beneficio o utilidad anualmente” y también contiene las abreviaturas que indican que es transitivo y se usa también como intransitivo. Eso significa que la traducción del inglés: “rento una casa, rente un automóvil” es inadecuada. Se debe seguir usando “alquilar”: “Alquilo casa, alquile un automóvil, el alquiler de la casa me produce una buena renta”.

—Bien, prosigamos en nuestra búsqueda, aunque yo no pueda tocar el diccionario porque se quema, el papel es combustible — exclamó—, necesito que busques “aplicar”, veremos si  aceptaron que pueda ser sinónimo de “solicitar”. Lo complací y leí todas las acepciones del término, pero ninguna se refiere a “solicitar”. Así, pues, lo apropiado sigue siendo “solicite el trabajo, solicite una visa, solicite información”. Sí puedes en cambio “aplicar encaje sobre una tela; aplicar tus conocimientos a la redacción de tu tesis; aplicarle a Pedro lo que le dices a Juan (se lo digo a Pedro, para que lo entienda Juan); el trabajo de buscar gazapos se te aplicó a ti desde el Medievo (o Medioevo) y tú te aplicas en cumplirlo”.

—Quiero saber cómo reza la entrada de “nicho”, palabra que están usando mal economistas y ecologistas a los que les tengo echado el ojo, ya que hablan de “nichos” en lugar de “espacios”— me dijo. Leí el artículo del término y sigue igual: “1. Concavidad en el espesor de un muro para colocar en ella una estatua, un jarrón u otra cosa || 2. Hueco practicado en un muro para alojar algo dentro, especialmente el que sirve para depositar cadáveres o sus cenizas en un cementerio”.

Finalmente agregó que ya solo preguntaría por “prístino” y le respondí que también sigue igual: “Adj. Antiguo, primero, primitivo, original”. Nada que ver con “diáfano o puro”, mal uso copiado del inglés.

Creo que la carcajada escandalosa de Titivillus se oyó en todo el barrio: con solo esas cuatro palabras que seguirán siendo mal usadas, su cosecha será abundante. Se despidió de mí efusivamente, me dijo que pronto volvería y que explique qué significa “cognado/a”.

selene1955@yahoo.com

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