Escenario

El rostro joven de la Cuaresma

La Cuaresma es una época de reflexión, para encontrarse con el significado de ser cristianos.

Para cuatro jóvenes, este tiempo tiene un significado especial y va mucho más allá de las alfombras o las procesiones; ellos celebran encuentros, ofrecen altares y dictan talleres para los interesados en conocer la palabra de Dios.

Carlos, Andrea, Alejandro y Rocío compartieron con Prensa Libre su experiencia en el trabajo que hacen con otros jóvenes católicos, no solo en estas fechas, sino en el transcurso del año.

“Es importante tener conciencia de la época que se vive; es un reencuentro con los valores espirituales y un encuentro con ellos”, indica el padre Roberson Rodríguez, encargado del grupo de jóvenes Camina conmigo. Este tipo de agrupaciones fomenta la fe en la cristiandad católica y ayuda a formar líderes y ampliar los lazos sociales entre sus integrantes.

Aquí te compartimos sus historias de fervor.

Un Corazón jovial
Una de las cualidades de Rocío Samayoa, de 23 años,  es la sencillez en sus expresiones, pero eso no significa que carezca de fuerza en sus ideas. Ella lleva cuatro años en el grupo católico Emproista, tiempo que  define como una experiencia especial. Durante el año llevan a cabo talleres de formación con jóvenes y retiros espirituales. Se organizan con su grupo para visitar orfanatos  y asilos. “Pertenecer y estar cerca de los grupos de la Iglesia me ha mejorado como persona”, indica Rocío.

Sirve a dios
Carlos Medrano, de 22 años, pertenece a la Pastoral Juvenil 2E de la Guardia de Honor, y para la Cuaresma celebran retiros y reuniones para comentar el cambio que Jesús ha hecho en su vida. “Tratamos de que los jóvenes que lleguen con nosotros se identifiquen con la Cuaresma y las actividades que programamos”, señala Carlos. La pastoral juvenil también organiza a lo largo del año un proyecto llamado Operación panito, que se encarga de llevar una vez al mes alimentos y cobijas a indigentes.

Cambio de vida
Alejandro Monroy, de 24 años, pertenece a la Hermandad de Cuaresma del Templo de  la Recolección, que no solo  mantiene viva la devoción por cargar durante la Semana Santa, sino también se dedica a celebrar otros actos litúrgicos durante el año. “También llevamos a cabo actividades en el Día de Guadalupe, Corpus Christi, Navidad y  la Inmaculada Concepción”, comenta.
“Es una experiencia que te cambia la vida”.  Así resume Monroy su paso por la hermandad.

Transmite su fe
La personalidad de Andrea Mérida, de 24 años, hace que nada sea aburrido. “Las actividades de la iglesia son muy entretenidas”, agrega sonriente. Ella fusiona su vida cotidiana con las actividades de su grupo  Camina conmigo y su programa de televisión  en el Canal Arquidiocesano. “Es algo que me ha dado la vida para ser mejor persona”, asegura.   El año pasado viajó a Brasil, durante la Jornada Mundial de la Juventud, para conocer al papa Francisco. “Sus palabras me llenaron y cuando volvía a Guatemala decidí involucrarme aún más en mi fe”, comenta.