Escenario

El vendedor de sonrisas busca alegrar al público guatemalteco

El vendedor de sonrisas, un montaje con sentido social, se presentará este martes y miércoles a las 19 horas, en la Gran Sala Efraín Recinos, Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, zona 1, como parte del Festival de Junio.

Nuevo montaje de teatro musical. (Foto Prensa Libre: Cortesía De Staccato)

Nuevo montaje de teatro musical. (Foto Prensa Libre: Cortesía De Staccato)

CIUDAD DE GUATEMALA – “Es una comedia de teatro musical que dignifica a los niños trabajadores de Guatemala”, explica el dramaturgo guatemalteco Miguel Ángel Duarte Alemán, quien escribió el guion.

La dirección de la presentación está a cargo de Érick Frías y el director coreográfico es Elvis Folgar. Juntos dirigieron a un elenco de nueve artistas, quienes durante cuatro años se prepararon para este gran debut en las tablas guatemaltecas.

“La obra nació como un aporte para las escuelas y colegios. Después de trabajar 20 años en el colegio Monte María, me di cuenta de la necesidad de fomentar valores a través del arte. Siempre lo hice para comunidades pequeñas, pero en esta oportunidad se abre la puerta a niños y jóvenes de todo el país”, agrega Duarte.

La admisión es de Q150, Q100 y 50.

ARGUMENTO
La obra cuenta la historia de Diego (Erwin Gordillo), un niño adinerado que vive a orillas del barrio Gerona, quien desde su ventana observa todos los días a un grupo de niños trabajadores, entre estos un voceador (Geordy Mayén), un vendedor de bombones (José Sierra), un lustrador de zapatos (Jerson Flores) y un payaso (José Cabrera).

El relato, dirigido por el cuentacuentos Boby el Grifo, también involucra a otros tres personajes que viven con Diego, que son su papá (Luis Cabrera), mamá (Becky Son) y el mayordomo (Sebastián Chavarría).

Diego pide permiso a sus padres para salir a jugar todos los días, el cual le niegan por miedo a que sea lastimado. El pequeño decide correr el riesgo y salir a jugar sin autorización, experiencia que le permite transformar su manera de pensar y cambiar malos hábitos.

La bondad del voceador, la comicidad del payaso, el carisma del vendedor de bombones y la amistad que le brinda el lustrador de zapatos le permiten a Diego convertirse en “el vendedor de sonrisas”.

Los padres reconocen que aunque les ha desobedecido, se ha convertido en un niño más sensible ante las necesidades de los demás, pues al final convierte su fiesta de cumpleaños en un momento agradable para cada uno de sus nuevos amigos.

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