No tardó mucho el equipo argentino en establecer amplísimas diferencias sobre un adversario que se vio desbordado de buenas a primeras, pues antes del primer minuto el Kun Agüero advirtió de su hambre de goles con un remate que encontró el poste tras recibir una gran asistencia de Lavezzi.

El conjunto del Altiplano se mostró lento e incapaz de frenar los embates de un seleccionado que pronto se apoderó del control del juego y comenzó a generar situaciones de riesgo, incluido un zurdazo cruzado de Agüero que rozó el poste izquierdo.

La apertura llegó por decantación, en una jugada por la izquierda que inició Di María, y pasó por los pies de Javier Pastore, que realizó la pausa necesaria para asistir a Di María, que cruzó el remate de zurda desde el vértice izquierdo y dejó sin chance a Quiñónez.

A partir de entonces, la resistencia visitante se desmoronó y en un puñado de minutos se encontró tres goles abajo en la cuenta, ya que Ag ero aumento de penal, y enseguida, tras un tiro de esquina, el delantero de Manchester City volvió a anticiparse a Quiñónez y a la endeble defensa boliviana para convertir el tercero.

Con todo ya definido en media hora de acción, a Argentina le bastó con pisar un poco más el acelerador para aumentar distancias.

Agüero redondeó su hat-trick con una exquisita acción individual, en la que desbordó por la izquierda y vulneró al arquero con un remate cruzado, y poco después, Hurtado cometió mano dentro del área y esta vez el penal fue convertido por Di María con un zurdazo esquinado.

Todavía restaba más de media hora, pero el resultado quedó sellado, con un desarrollo que no varió más allá de los numerosos cambios en ambas formaciones, dentro de un partido en el que los albicelestes ratificaron su credencial de firmes candidatos, mientras que Bolivia sufrió un tropiezo que obliga a un replanteo antes del comienzo de la Copa América.

Argentina debutará en el certamen continental el 13 de junio frente a Paraguay, en un partido por el Grupo B que se completa con Uruguay y Jamaica.