Una normativa aprobada por el país del norte y vigente esta semana permitirá a los isleños cobrar CUC —una de sus dos monedas, pero con equivalencia a divisas extranjeras— y obtenerlos a la tasa de cambio oficial —de US$1.08 por CUC en la jornada—, sin pagar un impuesto del 10 por ciento aplicado por las autoridades a la moneda estadounidense desde el 2004, cuando el Banco Central comenzó a obligar a que cualquier transacción fuera solo con CUC o pesos cubanos.

El sitio en Internet de Western Union indicó que desde el 20 de diciembre “recibió la aprobación de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para pagar las transferencias de dinero a Cuba… en peso cubano convertible”.

Aunque no hay cifras oficiales del monto de las remesas enviadas a la Isla, expertos de la Comisión Económica para América Latina las calcularon en unos US$1 mil millones anuales; la mayoría, proveniente de los emigrados cubanos radicados en Estados Unidos.