Economía

Estanco del azogue o mercurio

El proyecto de Ley de Competencia que se encuentra en estudio en el Congreso de la República tiene antecedentes coloniales en el Estanco del Azogue o Mercurio, usado para tratar la plata metálica.

La investigación, titulada “Los estancos, las prácticas monopólicas y las rentas del Estado en El Salvador”, fue hecha por un grupo de nueve historiadores salvadoreños, en este caso Pedro Antonio Escalante Arce, y publicada por la Superintendencia de Competencia de El Salvador, Volumen 20, primera edición, Dirección de Publicaciones e Impresos, Consejo Nacional para la Cultura y el Arte, Concultura, San Salvador, 2008, páginas 37 a la 42.

A continuación, un extracto de las conclusiones de la misma, resaltando lo concerniente al Azogue o Mercurio.

Estanco del Azogue o Mercurio

Los minerales preciosos fueron la base de la inaudita riqueza que el Nuevo Mundo brindó a España y Europa, pues esos metales se repartían a muchos países en diversos conceptos (guerras, conflictos, empréstitos con banqueros extranjeros, etc.). Nada se comparó al brillo del oro y de la plata, y de los dos, la argentífera fue la dominante y el centro máximo de atención de las autoridades. El estanco del azogue surgió para la plata, por real cédula de 4 de marzo de 1559…

Sin embargo, a pesar de ser un producto de primera necesidad para el tratamiento de la plata y del oro, siempre tuvo precios muy elevados. Ello incidió en el desarrollo de la minería, ya que no todos podían afrontar los precios del estanco, además del hecho de que solo se contaba en el territorio novohispano con el mercurio español de Almadén. Desde México tenía que transportarse el azogue por tierra y mar hasta el reino guatemalteco, con precios que aumentaban por el viaje, las comisiones y demás gastos. Luego, debía llevarse a las diferentes minas, donde se trabajaba la plata…

Las minas de Almadén, por su importancia, fueron tomadas en administración directa por la Corona, por medio del Consejo de Hacienda. Luego, a principios del siglo XVIII, surgió la Junta de Azogues, bajo la cual Almadén recuperó su producción de antaño, que la había convertido en la mayor mina de mercurio del mundo. Este mineral debía traerse a América en las flotas comerciales anuales, particularmente en la flota de Nueva España, que tenía como terminal Veracruz.

Durante la travesía, el azogue era almacenado con gran cuidado y siempre vigilado, puesto en cajones con capacidad de un quintal. Desde el puerto del Golfo de México subía al altiplano, conducido por arrieros contratados, y era entregado a los oficiales reales, donde entraba en el área restrictiva del Tribunal de Cuentas y de la persona que ostentaba el cargo de contador de azogues y tributos.

En Honduras

Pero no solamente era necesario el azogue en la Nueva España mexicana o en el Nuevo Reino de Granada (Colombia) o como algo absolutamente vital en la peruana Nueva Castilla, sino también en otras regiones donde la producción no era tan significativa en comparación con los grandes centros mineros, pero sí importante en sus territorios. Tal era el caso de Honduras y su industria de la plata. La ley IX de la Recopilación aludió a los mineros hondureños…

La minería en la Centroamérica colonial no tuvo jamás, ni de cerca, la importancia de otros reinos y provincias. Solamente el territorio de Honduras fue notable en la industria argentífera y aurífera. Pasados los primeros tiempos de las arenas de oro en los ríos (algunos famosos, como el hondureño Guayape, y otros, donde enviaban los españoles de Guatemala y San Salvador cuadrillas de indígenas a lavar arenas en los cursos fluviales, en muchos casos indígenas esclavizados y aun esclavos negros), comenzó la época de las minas en muchos lugares, también en Nicaragua y Guatemala.

Minas en el Reino de Guatemala

Para el año 1714 eran conocidas varias minas de oro y plata en el reino, entre ellas once de oro y catorce de plata en Guatemala; en San Salvador seis de oro y tres de plata…

El mercurio se había convertido en la condición sine qua non para una floreciente industria de metales preciosos en la América española y la minería no se podía pensar sin ese ansiado azogue…

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.