Economía

El dulce sabor del grano que recorrerá el mundo 

La semana pasada, la finca los Jutes, de Acatenango, con una tradición de 112 años de cultivo y que junto a 19 fincas más participó en la subasta electrónica <em>Cup of Excellece 2016</em>, logró los dos mejores precios por libra de café gracias al singular sabor del aromático que produce.

Las subastas electrónicas de café permiten a los productores tener precios superiores a la media del mercado. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Las subastas electrónicas de café permiten a los productores tener precios superiores a la media del mercado. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Para la familia Meneses, el precio logrado fue un éxito, no solo porque eso refleja la calidad de café que producen, sino también porque era la primera participación de la finca en una subasta de café de especialidad, que se llevó a cabo el 30 de junio pasado.

En palabras de Anabella Meneses, el éxito adquirido lo atribuyen al proceso de beneficiado que lleva su grano.
 
“Hace algunos años cambiamos nuestro proceso de café y pasamos del beneficiado húmedo tradicional, en donde se emplea fermento en el lavado del grano, a otro conocido como honey en el que solo se despulpa el grano sin quitarle el mucílago, lo que le da un toque especial. Sale más dulce  y con sabor afrutado”, afirmó la productora.

El término honey viene en referencia al mucílago, sustancia viscosa rica en azúcares que recubre el grano y se observa después de quitarle la pulpa o cáscara que lo recubre.

La finca Los Jutes es un anexo de la finca madre Santa Felisa, posee 80 hectáreas de cafetales y sus plantaciones están ubicadas entre los 1 mil 500 y 1 mil 800 metros sobre el nivel del mar.

Calidad versus precio

Los Jutes forma parte de una nueva generación de productores, que ante la baja de los precios del café en el mercado internacional,  aprovechan la calidad del grano guatemalteco y buscando mejorarlo  para superar la actual tercera posición entre los mejores cafés de especialidad en el mundo.

Meneses, quien es una de las propietarias de Los Jutes, recuerda que en 2001 con la llegada de la crisis de los precios, la familia empezó a asistir a las ferias internacionales como  las organizadas por Asociación de Cafés Especiales de América (Specialty Coffe Association of America)  y a nivel local ingresaron al comité de cafés diferenciados de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport)  con el fin de mejorar sus ingresos.

Sin embargo, en opinión de la productora,  a pesar de la calidad del café guatemalteco, los precios internacionales no cubren los costos de producción, por lo que actividades como la taza de la excelencia tienen un fuerte impacto en los ingresos.

“Nuestros costos de producción son de US$2.5 por libra (el precio promedio de los últimos días es de US$1.59) y en nuestro caso nos afecta más porque tenemos que cuidar la montaña. El aumento de la temperatura provocado por el fenómeno del niño propicia el desarrollo de la Roya y por ello se necesita tener una sombra bastante tupida para que no varíe la temperatura dentro del cafetal y  aunque con mayor sombra la producción es menor, la calidad mejora”, cuenta Meneses.

Según la productora, con buenos precios se cuida más el suelo y es posible pagar mejores salarios, lo que redunda en una mejora de la plantación.

En la subasta, en donde participaron 20 lotes de igual número de fincas, Los Jutes vendió cuatro lotes equivalentes a 250 libras de café oro en US$53.10 y US$53 por libra  respectivamente. Cada lote tenía 65 libras. 

Aunque la cantidad vendida fue pequeña,  Evelio Francisco Alvarado, gerente de Anacafé subraya que esto marca la tendencia de hacia donde se encaminan los productores guatemaltecos.

Un ejemplo de esto lo refleja que los principales compradores del grano que colocó Los Jutes, fue adquirido por  varias empresas, entre ellas Brew92, Latorre &Dutch Coffe Traders, LaB Coffee &Roasters (USA) y Knockhouse Supply Co. Singapore. 

Tendencias del mercado

Según el gerente de Anacafé,  en el mercado internacional están resurgiendo los tostadores que buscan ofrecer una experiencia única a sus clientes que pueden, además de  beber café en sus coffee shops, llevarlo tostado y molido.

“Hay un resurgimiento de pequeños tostadores en Portland, California  y otros lugares que compran pequeños lotes, pagan buenos precios, lo tuestan y lo presentan de la mejor manera” dice el ejecutivo.

La característica principal es que cada vez más buscan que el grano que compren tenga trazabilidad. “Los tostadores  en otras partes del mundo que ofrecen su café en US$8, US$12  o US$20 la taza dan información  sobre el origen del grano, quien es el productor, cómo lo produjo, que variedad de suelo tiene  y cada vez se convierte en un nicho de especialidad, parecido a lo que ya sucedió con el vino y otros licores”, dice Alvarado.

De acuerdo con Alvarado, las últimas encuestas sobre le demanda de café de especialidad han revelado que los millenials (menores de 30 años) están dispuestos a pagar bien por una taza de buen café, pero quieren tener la trazabilidad del mismo.

Otro caso son los baristas, quienes también demandan más información y ahora no solo preparan bebidas sino que también quieren saber que variedad usan, su procedencia y quien lo cultivó.

Precio afecta ingresos

La baja en los precios del mercado internacional ha impactado en los ingresos de divisas provenientes del café. Datos de Anacafé  registran que a junio último se obtuvo ingresos por US$443 millones, mientras que en similar periodo del año pasado fueron contabilizados US$484 millones y en el mismo mes del 2014 el monto fue de US$469 millones.

Este año, que corresponde a la cosecha 2015/2016 se calcula que la producción exportable cerrará3.9 y 4 millones de quintales oro, similar a la cosecha 2014/2015 cuando se contabilizaron 3.84 millones de quintales.

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