Escenario

Promueven la acción social

Dos vecinos de Quetzaltenango y uno de Jutiapa dedican parte de su vida a trabajar de manera voluntaria en actividades comunitarias.

Arte
Canta en su idioma materno

Por medio de la música y canciones   que interpreta en   mam, Roberto Jorge Juárez Lucas, quien residen en Estados Unidos,  expresa  sentimientos y  experiencias de vida que tuvo en  su natal San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, y a través de estas busca también exponer problemas  que afrontan los jóvenes en la actualidad.

Desde hace año y medio, Juárez viajó a EE. UU.,  y ahora reside en Washington DC, donde trabaja en una carpintería, estudia inglés y prepara su segundo material musical.

Según  Juárez, de 26 años, el resaltar su origen indígena por medio de sus canciones es una prioridad de  vida.  “Cantar en mi idioma materno es una gran satisfacción. Insto a los jóvenes a que valoren lo que son, sus raíces y sobre todo sus idiomas maternos. Ser diferente o hablar un lenguaje distinto no nos hace raros, es un valor de nuestra cultura, y lo practico porque no quiero que se pierda nuestra identidad”, dijo.

Utiliza rap, hip hop y reggaetón, que mezcla con ritmos nacionales y propios, con el objetivo de satisfacer a su público y hacer melodías  modernas.

Juárez incursionó en la música desde los 11 años, y, a los 21, empezó a cantar en man. En el 2010 grabó su primer álbum, La Espina, cuya versión gratuita pueden descargarse del sitio web shatjuarez.es.tl.

También tiene un video Kq’onkje (Déjenlo), que se puede ver en youtu.be/SKZWo_AlwWY.
R. Martínez

Solidaridad
Gestiona obras comunitarias

A sus  80 años, Esperanza Edelmira Bámaca de Meoño aún gestiona mejoras para el barrio Garibaldi, en la zona 8 de Xelajú, con el mismo entusiasmo con que inició su trabajo comunitario en 1988.

Bámaca  es originaria de  San Marcos, pero desde hace 50 años reside en Xela, donde ha recibido reconocimientos de vecinos e instituciones por su labor social y comunitaria.

Indicó  que  hace 25 años formó el comité del barrio para gestionar mejoras, como   la introducción de alcantarillado para más de 60 familias.

“Teníamos que legalizarnos en la  Gobernación Departamental, pero como no teníamos  dinero, organizamos una rifa. El premio fue un reloj despertador, el cual no podíamos adquirir, por lo que compré  un gallo, que hacía la misma función”, contó.

Aseguró que por medio de la organización y  el aporte de  vecinos se puede mejorar las comunidades. “Hay quienes  tienen  la idea de que esto es obligación de la Municipalidad o del Gobierno, pero estas instituciones ya no son capaces, por lo que el aporte de cada vecino es primordial”, aseguró.

Junto a otros residentes han conseguido el mejoramiento del agua entubada, asfalto y adoquinamiento  en calles y alumbrado público. “He trabajado  durante 25 años y nunca he recibido un sueldo. Todo mi compromiso está en mejorar la vida de mi familia y de los vecinos”, enfatizó.
R. Martínez

Esparcimiento
Mensajero del humor y la paz

Junior Castro Pu es  maestro de educación física de Jutiapa, pero en su tiempo libre se convierte en el payaso Chimbobín, personaje con el que ha ganado dos campeonatos de esa actividad.

Chimbobín  busca transmitir un mensaje de amor a Dios y al prójimo, por lo que participa en diferentes actos de beneficencia pública.

Castro relató que su carrera como payaso empezó hace seis años, cuando en la iglesia evangélica Príncipe de Paz organizaron una tarde recreativa para  niños pobres, y junto a otros seis jóvenes se pintaron como payasos.

A partir de entonces se  presentaron en diferentes actividades, tanto de su iglesia como en visitas a hospitales y   comunidades rurales de Jutiapa.

Castro  expresó que el grupo se desintegró, pero él continúa actuando como payaso porque le gustaron  las sonrisas de los niños. “Fue como decidí mantener el personaje, aunque reconozco que lo hacía de manera empírica. Tenía un traje hecho con retazos de ropa y no podía maquillarme, pero decidí seguir adelante”, indicó. Aseguró que en  el  2010  participó por primera vez en el Congreso Latinoamericano de Payasos, que se celebra en la  capital, y fue donde encontró a un  amigo que le dijo que le parecía curioso ver a un payaso que daba mensajes evangélicos en las competencias. “Entonces me enseñó trucos de magia, sobre globofexia y dinámicas para entretener a los niños. Sobre todo me enseñó cómo maquillarme y a buscar mi sello propio, para ser reconocido como Chimbobín en todas partes”, dijo.

El personaje   le ha permitido  viajar a otros países para participar en presentaciones.
O. González