Aldana aseguró que las investigaciones por este caso no señalan a Colom, pues se trata de pesquisas que abarcan de noviembre del 2014 a abril de 2015, cuando él ya no era Presidente y no tenía una relación directa con Alejos Cámbara.

Aunque la funcionaria no descartó que las investigaciones puedan extenderse a meses o años anteriores a las fechas de este caso, tampoco dijo que haya un a investigación directa en contra del exmandatario Colom.

Tampoco descartó que en esas nuevas investigaciones puedan surgir señalamientos contra otros funcionarios o exfuncionarios de Gobierno.

Problema crónico

El encargado del área de salud del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, Adrián Chávez, aseguró que la falta de transparencia en la compra de medicamentos es un problema crónico y que otras administraciones deberían ser investigadas, pues se trata de un tema de justicia y se debe llegar hasta las últimas consecuencias.

El experto recordó que en un informe anterior, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), había advertido sobre el financiamiento de las empresas de medicamentos a los partidos políticos.

Chávez dijo que al analizar la cantidad de recursos que se invierte en la compra de medicamentos es fácil entender el nivel de incidencia en la corrupción, pues señaló que en 2014 el país compró Q7 mil 571 millones en medicinas, lo que representa el 1.7 por ciento del Producto Interno Bruto.

El analista pide tomar en cuenta las implicaciones que estos actos de corrupción tienen para los usuarios, pues existe desabastecimiento debido a que se prioriza la compra de otros medicamentos, no se tiene garantía de la calidad de los productos y podría no haber un tratamiento adecuado, pues los médicos deben recetar la medicina en existencia, aunque sea otro producto el que se necesite. 

Otra vez señalado

En mayo del 2009 Colom y Alejos fueron señalados de asesinato en un video difundido después de la muerte del abogado Rodrigo Rosenberg, acusaciones que fueron desestimadas por el entonces jefe de la Cicig, Carlos Castresana.

La acusación de Rosenberg giraba en torno a su muerte y la del empresario Khalil Musa y su hija Marjorie Musa.