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Papá bien alimentado

El ritmo de vida agitado, "mucho trabajo", o un "horario muy ajustado" no son excusas válidas para dejar de nutrirse bien en el trabajo.

La siguiente es una historia ficticia, pero que puede tener muchas coincidencias con la vida real: el reloj despertador marca las cinco de la mañana.

La noche anterior, papá se quedó en el trabajo planeando la reunión del día siguiente; su cena fueron unos pedazos de pizza. Cinco y veinte: luego de bañarse se percata que es muy tarde para desayunar, apenas se toma una taza de café que le quema la lengua en cada trago.

Enciende el carro mientras espera a sus hijos para llevarlos a la escuela y le dice a su esposa que no puede esperar. Camino a la oficina se detiene en un autoservicio: la comida rápida siempre le calma el hambre. Con un desayuno económico en el estómago pasa la toda mañana hasta que se da cuenta que ya es la 1.30 de la tarde. Compra algunos emparedados y agua gaseosa.

A veces, el tiempo no le basta y vuelve a probar alimento hasta que llega a su casa: seis u ocho horas después. Este es un hábito recurrente en hombres cuyas actividades laborales demandan mucho tiempo. María Andrea Specher, licenciada en nutrición, explica que estas personas consumen alimentos fuera del hogar los cuales pueden afectar su salud. “No comen con la frecuencia adecuada y abusan de las grasas o azúcares”, dice.

Es aconsejable que toda persona se alimente con cinco tiempos de comida al día, los cuales deben ser más o menos a una misma hora para que el metabolismo se comporte con equilibrio. “Es necesario que las comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) tengan vegetales, carbohidratos, proteínas y grasas”, afirma la nutricionista Mariareneé Klussmann.

Además recomienda no dejar pasar más de tres horas sin probar comida. “De esta manera se evitará que al ingerir alimentos se haga con mucha ansiedad y se consuma demasiado”, agrega.

Salud con economía

Al llegar a la oficina, luego de un desayuno en casa, una galleta integral o una fruta, en vez de un pastel, es la refacción más adecuada. Dejar a un lado la lata de refresco o gaseosa y tomar agua pura es más saludable. Para Klussmann no es necesario dejar de ingerir la comida que tanto gusta, pero se debe evitar los excesos para mantener el equilibrio.

Con estos cambios en la alimentación, además de ayudar a su salud, estará ayudando a la economía familiar. Specher opina que abandonar viejos hábitos y empezar nuevos podría parecer muy difícil. “Pero con el apoyo de otros y con una visión realista las personas podrán lucir, sentirse y vivir mejor”, enfatiza.

Hace unos días, durante un domingo familiar, ese papá ficticio aconsejaba a su hijo comerse todos los vegetales para crecer sano y fuerte. Pero, a veces, él olvida que también necesita de las verduras para estar sano y fuerte.

La elección hace la diferencia

Para comer bien solo hay que seguir las siguientes recomendaciones:

  • Evitar exceso de consumo de pasteles, chocolates y dulces, porque contienen grandes cantidades de azúcares simples y grasas.
  • Aumentar el consumo de fibra con cereales integrales, frutas y verduras.
  • Programar horarios de comidas y respetarlos.
  • Hacer pequeñas refacciones durante el día para evitar comer mucho.
  • Tomar como mínimo de 6 a 8 vasos de agua pura al día.Elegir carne asada y no frita.

La merienda

De estas recomendaciones se debe elegir una sola opción. Las refacciones deben hacerse dos veces al día.

  • Consumir frutas fáciles de transportar como manzanas, peras, mandarinas.
  • Si se cuenta con tiempo llevar una porción de piña o papaya.
  • Galletas integrales.
  • Rebanada de pan integral con jalea.
  • Yogurt descremado.

El almuerzo

El balance entre sabor y nutrición es posible.

  • La porción más grande debe ser verduras o vegetales: una ensalada de tomate, lechuga y cebolla. También brócoli o güisquil.
  • Los carbohidratos los brindan una porción más pequeña de arroz, puré de papá o fideos.
  • Las proteínas recomendadas por las nutricionistas se pueden encontrar en cinco onzas de carne o pollo. De preferencia debe ser cocida o asada, o con la menor cantidad de grasa porque la carne por sí misma la tiene. Puede darse mayor sabor con salsa de tomate o guisantes fritos (zanahoria, chile pimiento, entre otros).
  • 2 tortillas o rebanadas de pan integral.
  • Agua pura o refrescos naturales. Se puede consumir los artificiales, pero no exceder su consumo.
  • El postre puede ser gelatina, yogurt o fruta.

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