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Arana Osorio y el poder de las municipalidades

El 3 de diciembre de 1970, Carlos Arana Osorio, entonces presidente de Guatemala, dijo que su plan de gobierno de 1971 contemplaba empoderar a las municipalidades.

Novena Asamblea de Municipalidades, en diciembre de 1970. (Foto: Hemeroteca PL)

Novena Asamblea de Municipalidades, en diciembre de 1970. (Foto: Hemeroteca PL)

En la Asamblea Nacional de Municipalidades, en Huehuetenango, Arana pidió a los alcaldes del país que hicieran más eficiente su tarea administrativa y de servicio.

De forma elegante pero incisiva, el militar de tuno dejó entrever que la autonomía municipal era indispensable en la ejecución del presupuesto, y que el poder local era la base para luchar contra la pobreza.

Obviamente, le interesaba ganarse la confianza de las comunas, sobre todo aquellas ubicadas en zonas de conflicto o de alto riesgo.  1970 ya estaba marcado por el auge de la insurgencia y el conflicto armado interno cobraba fuerza.

¿Por qué eligió Arana Osorio Huehuetenango para la asamblea de alcaldes? Por la sencilla razón de que necesita con urgencia ganarse la voluntad de un departamento olvidado, empobrecido y castigado por el conflicto armado interno.

Fragmento discurso

Arana dijo textualmente a los alcaldes: Deseo comunicar a ustedes, en esta oportunidad, que nos aprestamos a hacer tangible, concreto, nuestro apoyo a la misión cívica y a la función administrativa de las municipalidades. En la mitad final de nuestro siglo, los países reclaman una modernización política y administrativa para dar respuesta efectiva a las necesidades sociales acelerando el desarrollo de nuestros pueblos.

El Gobierno de la República se ha dispuesto a fortalecer los gobiernos locales de Guatemala en la forma siguiente: Apoyando los esfuerzos lícitos por acrecentar su capacidad económica, humana y técnica para la eficiente prestación de sus servicios esenciales.

Estimulando la iniciativa y contribución locales por medio del desarrollo de la comunidad y del libre desempeño de la autonomía municipal responsable. Promoviendo el eficiente ordenamiento de la administración local por medio de todo esfuerzo legítimo de cooperación intermunicipal y de la creación de un sistema moderno de regionalización de las decisiones y realizaciones de la administración pública.

Promesas para el año siguiente

El discurso continúa: En 1971, el Gobierno inicia la realización de una labor planificada para la mejor distribución, inversión y control de los recursos del Estado. Para estimular la labor de las municipalidades de la República, se han hecho las siguientes previsiones: Más de un millón de quetzales se ha destinado al programa de Desarrollo de la Comunidad para que —fuera de la política de partido— se lleve estímulo y realizaciones hasta las aldeas más apartadas de la República.

Dos millones de quetzales serán puestos a disposición inmediata del Instituto de Fomento Municipal para que se haga llegar en préstamos muy ventajosos a las pequeñas municipalidades, para la realización de obras y servicios técnicamente planificados.

Se ha programado una suma del presupuesto nacional para contribuir directamente a la solución de problemas locales por medio de la labor que adecuadamente programen las municipalidades.

Las unidades de consultoría y asistencia técnica del Gobierno han sido instruidas para rediseñar el papel del Instituto de Fomento Municipal, INFOM, para fortalecer su capacidad de asistir a las municipalidades a planificar y programar su labor, y a prestar efectiva y eficientemente los servicios que le corresponden.

Se ha instruido a las unidades de asistencia técnica del Gobierno, en particular al INAD, para que preste toda clase de asesoría y ayuda a los gobiernos locales en el adiestramiento y formación del personal administrativo de los gobiernos locales.

¿Qué ha cambiado?

A más de cuatro décadas de este discurso se puede concluir que el poder local, que ha tenido avances, enfrenta tropiezos como luchas intestinas, enfrentamiento y falta de planes concretos.

Asimismo, las comunas, que gozan de aporte constitucional, también generan sus propios ingresos, cobijadas por la autonomía municipal.

El desarrollo ha llegado de forma desigual a los 440 municipios, y falta desarrollar servicios básicos.

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