Arces reúne unas 300 víctimas de estafas financieras, 150 de las cuales víctimas de Guzmán. Pero solamente cincuenta de ellas (entre las que figuran dos belgas, un suizo y un español) presentaron demanda judicial a fines del 2011. Las otras “no tenían los medios financieros” para hacerlo.
“Al principio, entré (en el mecanismo) poco a poco, y mi dinero me aportaba entre 3% y 6% por mes, lo que me parecía normal”, cuenta Gallecier, hoy terapeuta jubilada, que terminó invirtiendo €25 mil.
“En 2008 era el negocio del siglo” y ella “habló al respecto con decenas de amigos”, que también cayeron en la trampa de la estafa.
En febrero del 2009, cuando quiso recuperar sus ahorros para abrir un centro de bienestar, se dio cuenta que la página internet estaba bloqueada y que no podía contactar a nadie.
Descubrió entonces que varios cientos de personas estaban en la misma situación que ella, por lo que decidió crear la asociación.
“El objetivo no es encontrar un culpable, sino recuperar nuestro dinero”, recalca Gallecier, evocando un perjuicio total de €500 mil euros (US$680 mil, aproximadamente).
Y “tiene esperanzas de recuperar al menos una parte de las sumas” porque la justicia estadounidense, que en el 2009 bloqueó una parte de los haberes del Chapo, decidió en octubre pasado “devolver el dinero”.
“Lo que es paradójico es que durante cinco años la justicia estadounidense y el FBI conocían los mecanismos del sistema de Finanzas Forex y no hicieron nada para que cesara. En cuanto a la Autoridad francesa de Mercados Financieros (AMF), sólo lanzó advertencias por internet a principios de 2009”, comenta Gallecier con amargura, aunque reconociendo que ella “hubiera debido ser más prudente”.
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