“Por el cambio en Brasil”, proclamó Aecio Neves, de 54 años, ante la convención nacional de su partido el sábado en Sao Paulo, con un discurso plenamente afín a los reclamos de los brasileños en las protestas callejeras.

El deseo de cambio es el concepto que más aparece en las encuestas en las que los brasileños demuestran descontento con la clase política y con los deficientes servicios de salud, educación, transporte y seguridad.

“Estamos aquí para decir un ‘basta’ definitivo a los que se apropiaron del Estado”, dijo el principal rival de Rousseff para los comicios del 5 de octubre, que promete elevar el crecimiento económico, reducir la inflación y mejorar los servicios públicos.

Nieto del presidente Tancredo Neves -que fue electo en las urnas pero murió en 1985 antes de asumir el cargo-, Aecio Neves tiene 30 años de vida política, ocho de ellos como gobernador del estado de Minas Gerais (sureste, tercer colegio electoral del país).

Neves entró a la convención con el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), ambos de manos tomadas y en alto.

“Tenemos que escuchar al pueblo, estar más próximos al pueblo. Hoy el nombre del cambio es Aecio Neves. Necesitamos un líder joven que escuche la calle”, dijo Cardoso, de 83 años.

Los brasileños protestaron masivamente en las calles el año pasado contra la corrupción de la clase política y los gastos públicos para el Mundial-2014, que comenzó el jueves, y en reclamo de que ese dinero sea destinado a mejorar los servicios. Las manifestaciones continúan, pero su convocatoria es mucho menor.

Desde que Cardoso dejó la presidencia y el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) llegó al poder con Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), el PSDB ha perdido todas las elecciones presidenciales.

La presidenta Rousseff (PT), una exguerrillera de 66 años, lidera las encuestas de intención de voto para las presidenciales de octubre, con 38% (perdió dos puntos en junio desde mayo), contra 22% de Neves (que ganó dos puntos).

El socialista Eduardo Campos cuenta con 13% de las intenciones de voto (dos puntos más que en mayo), según la última encuesta Ibope.