La victoria de Mattarella, juez en el Tribunal Constitucional, que inició su vida política hace 30 años en las filas de la otrora poderosa Democracia Cristiana, ministro de varios gobiernos, fue garantizada por el Partido Democrático (PD, izquierda), la mayor formación política del país, que unió fuerzas e influencia para imponerlo como candidato.
El duodécimo presidente de la República italiana fue elegido para un período de siete años y es la única persona con derecho a disolver el Parlamento y a convocar elecciones legislativas anticipadas, facultades que le concede el régimen parlamentario italiano.