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Trozos de balas policiales rebotadas mataron a una rehén en Sídney

La muerte de uno de los dos secuestrados durante el asalto de la policía para poner fin a una toma de rehenes en un café de Sídney fue provocada por fragmentos de una o más balas disparadas por las fuerzas del orden.

SÍDNEY.- Dos rehenes -el gerente del café, Tori Johnson, de 34 años de edad, y Katrina Dawson, una abogada y madre de tres niños, de 38- murieron durante el asalto policial en la madrugada del 16 de diciembre pasado, así como quien perpetró el ataque con secuestro, Man Haron Honis, de origen iraní. Varias personas resultaron heridas.

Dawson “fue alcanzada por seis fragmentos de una o varias balas que rebotaron en superficies sólidas”, declaró este jueves Jeremy Gormly, el abogado encargado de asistir al forense responsable de la investigación sobre las causas de las muertes violentas.

“No detallaré los daños que sufrió la señora Dawson y solamente diré que un fragmento le afectó un vaso sanguíneo mayor (arteria). Inmediatamente perdió el conocimiento y murió poco después”, añadió Gormly, el día de la apertura de la investigación pública destinada a determinar cómo ocurrieron las muertes de los rehenes, los factores que incidieron, e intentar establecer si pudieron haber sido evitadas.

En cuanto al gerente del café, Tori Johnson, éste fue muerto por el secuestrador, que le disparó en la cabeza por detrás con un fusil de cañón recortado, poco después de que varios rehenes lograran huir del establecimiento. “Monis lo hizo arrodillarse en el suelo del café. Momentos después simplemente le disparó en la cabeza por detrás sin preaviso ni advertencia”, dijo Gormly.

El abogado indicó que un tirador de élite de la policía vio la escena, tras lo que fue dada la orden a los agentes para intervenir en el lugar.

La investigación del forense que se abrió este jueves debe determinar las causas de los decesos. También versa sobre el desarrollo de los acontecimientos, la actitud de la policía y las motivaciones del secuestrador.

Intensa balacera

Durante el asalto, los policías dispararon en veintidós ocasiones después de haber lanzado once granadas cegadoras en el interior del Lindt café de Martin Place, en el centro de Sídney. “Varias balas y esquirlas alcanzaron a Monis que, según parece, murió instantáneamente”, declaró Gormly.

Durante los hechos en el café, que comenzaron el 15 de diciembre pasado hacia las 08h33 locales, el secuestrador disparó en total cinco cartuchos con su fusil, sin alcanzar a nadie con excepción de Johnson, “incluso aunque parece que intentó” tirar sobre los rehenes, agregó el abogado.

La investigación también deberá determinar si las afirmaciones de Monis, que pretendía actuar en nombre de la organización Estado Islámico (EI) eran fundadas y si este hombre estaba vinculado con organizaciones terroristas.

“Por el momento, parece que no había tenido contacto” con el EI, indicó Gormly. Monis, de 50 años, llegó a Australia como refugiado desde Irán en 1996, y adquirió la nacionalidad de su país de asilo.

Un año antes de que tomase por asalto el café de Sídney, quien se autodenominaba “jeque”, había sido acusado de participar en el asesinato de su esposa, pero, a pesar de una larga lista de agresiones sexuales, un juez decidió liberarlo bajo fianza.

La gran pregunta que se hicieron los australianos, comenzando por el primer ministro Tony Abbott, fue ¿por qué Monis no estaba bajo vigilancia?

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