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Atentados en Bruselas reaviva la seguridad en aeropuertos contra el terrorismo

Los atentados en Bruselas volvieron a reavivar el martes interrogantes sobre la seguridad en el tráfico aéreo y, en especial, en los aeropuertos. ¿Debe mejorarse la seguridad en las instalaciones y no sólo en los vuelos?

Desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 los controles de pasajeros y equipaje se endurecieron notablemente. Sin embargo, la mayor parte de esas medidas estuvieron dirigidas a proteger el servicio aéreo.

Los terroristas de Bruselas actuaron hoy antes de pasar los controles de seguridad. Activaron su carga explosiva mortal en la terminal llena de personas y para eso no tuvieron que pasar ningún control de seguridad.

“Es imposible protegerse de atacantes que actúan solos y están decididos a hacer cualquier cosa”, reconoció el experto en seguridad aérea de Hamburgo Heinrich Großbongardt.

Las terminales de los aeropuertos son espacios públicos como las estaciones de tren o los centros comerciales, que no se pueden cercar por completo con medidas de seguridad, e incluso si se lograra en los aeropuertos el problema no estaría resuelto, comentó.

En su opinión, los terroristas se concentran en objetivos “más débiles”, si los lugares emblemáticos están fuertemente protegidos. Eso es algo que se pudo observar en los atentados de París, cuando los terroristas no fueron contra la Torre Eiffel ni ingresaron en el Estadio de Francia, indicó.

La seguridad en el tráfico aéreo mejoró enormemente tras los atentados de Al Qaeda en Nueva York y Washington, al menos en Europa y Estados Unidos, aseguró el experto en el tema Gerald Wissel.

“Aunque no se puede saber con exactitud qué se ha conseguido evitar, creo que las medidas han tenido un efecto disuasorio para terroristas potenciales”, afirmó.

A pesar de los controles de personas que enervan a muchos pasajeros, el experto cree que aún existen agujeros en el sistema como en los controles en el tráfico de mercancías o en la infraestructura de comida de a bordo.

El éxito en la protección del tráfico aéreo no puede, no obstante, hacer olvidar que la tarea de vigilancia en los lugares públicos de los aeropuertos sigue en manos de la Policía, indicó.

Esto significa de manera clásica patrullas, pero también naturalmente vigilancia por video. En esa tarea participan expertos en perfiles sociales para intentar encontrar, con ayuda de programas informáticos y la observación, personas con comportamientos llamativos entre la gente, explicó.

El experto en seguridad israelí Rafi Sela, que trabaja en Estados Unidos, destacó la importancia de esta tarea. El 80 por ciento de la gente podría ser declarada inofensiva con gran certeza utilizando recursos tecnológicos, explicó en una entrevista el año pasado con el portal suizo de noticias “Watson” tras el atentado con bomba en un avión de pasajeros ruso en Sinaí.

El otro diez por ciento podría evaluarse con un par de preguntas como ya ocurre en el aeropuerto Ben Gurion en Tel Aviv, declaró. Un terrorista no puede esconder su comportamiento, agregó.

Ahora, tras los atentados en Bruselas la pregunta que sobrevuelva es si no deberían ampliarse los controles de seguridad y abarcar un mayor espacio del aeropuerto.

Wissel cree que se va actuar en esa dirección. Sin embargo, habrá que solucionar un gran número de problemas que van desde la falta de espacio hasta la financiación, analizó.

Sólo en el aeropuerto de Fráncfort, el mayor de Alemania, pasan diariamente una media de 170.000 pasajeros, 80.000 trabajadores y una incontable multitud de visitantes. Hoy en día efectuar controles de acceso completos parecen difícilmente imaginables, apuntó.

Hace cinco años en el aeropuerto de Fráncfort un terrorista islamista disparó a dos soldados estadounidenses. El autor del crimen, condenado posteriormente a cadena perpetua, se encontraba en la vía de acceso a la terminal del aeropuerto, en el exterior del edificio.

La Asociación de Aeropuertos Alemanes (ADV) recordó que los ingresos a los aeropuertos, las calles aledañas, la sección de mostradores, etc. son infraestructurass difíciles de monitorear, como las estaciones de ferrocarriles y de metro.

Anticipar los controles de seguridad es imposible tanto técnica como arquitectónicamente, porque a la mayoría de los aeropuertos les faltaría el espacio requerido para ello, explicó el director ejecutivo de la ADV, Ralph Beisel.

“No podemos convertir los aeropuertos en Europa en los de Tel Aviv, donde cada visitante es controlado ya antes de pisar el edificio”, agregó.

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