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Quién es Chepe Diablo, el millonario empresario hotelero al que EE. UU. acusa de ser un capo de la droga y cuya detención salpica al vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz

"El sistema del futbol es malo. Todos somos malos".

Declaraciones como esa, de cuando era directivo del Isidro Metapán, son de las pocas que se puede encontrar del salvadoreño José Adán Salazar Umaña, más conocido como el Chepe Diablo.

Nunca habló del asunto por el que acaba de ser detenido en su país: una investigación por presunto lavado de dinero con la que la Fiscalía General de la República indaga también una sociedad que Salazar Umaña comparte con el vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz.

Y tampoco es fácil hallar comentarios de él sobre el hecho de que Estados Unidos lo designara como capo de la droga.

Ya se lo había advertido su ahijado Wilfredo Guerra al medio digital Revista Factum en diciembre del año pasado: a Salazar Umaña “no le gustan las entrevistas”.

¿Pero quién es este personaje, tan poco amigo de los medios pero tantas veces mencionado en informes de inteligencia, nacionales e internacionales?

Reputado empresario

Haber sido presidente del Metapán es quizá una anécdota en su historial de exitoso empresario.

Fue presidente del club entre el 2007 y 2011, tiempo en el que equipo se consagró como revelación de la década y obtuvo seis de sus 10 títulos nacionales.

Y eso justo antes de asumir el mando de la Primera División Profesional, la liga mayor de El Salvador, a la que dejaría de estar vinculada definitivamente en 2013.

Salazar Umaña, hoy de 67 años, empezó en el mundo de los negocios a finales de la década de 1980, comprando y vendiendo quetzales (la moneda guatemalteca) en la frontera de El Salvador con Guatemala.

Para la década de 1990 ya había fundado Inversiones Salazar, con su esposa Sara Paz Martínez Bojórquez y su hermano Marcos Francisco Salazar como socios, para realizar inversiones financieras.

Y también la empresa Hoteles San José, con la que inició la construcción de un hotel en Metapán, segunda ciudad de Santa Ana, un departamento occidental del país.

A ello le siguió la creación Hoteles San José (1996), Desarrollos Montecristo (2000), también del sector, Servicios Turísticos (2004), y Agroindustrias Gumarsal, para comercializar granos básicos.

“Relevante traficante de drogas”

Todas estas empresas lo hicieron millonario, pero desde 2001 su nombre suena más asociado con el cartel de Texis, una estructura que según varios documentos de inteligencia de El Salvador se dedica al narcotráfico en el occidente del país y en la que estarían involucrados políticos, jueces y policías.

De acuerdo con la Policía Nacional Civil, la Fiscalía General de la República e informes de inteligencia militar citados por medios locales, el cartel traficaba a través de “El Caminito”, un punto ciego en el departamento de Chalatenango, en la zona fronteriza con Honduras.

Ya en mayo del 2011 el entonces presidente Mauricio Funes confirmó que, a raíz de una investigación del medio digital salvadoreño El Faro, la Policía estaba investigando la organización y admitió que esta había “infiltrado instituciones del Estado”.

En julio del 2013 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés) incluyó al cartel de Texis en el informe titulado “Delincuencia organizada transnacional en Centroamérica y el Caribe. Una evaluación de las amenazas”, donde subrayó que su flujo de drogas había sido protegido por la corrupción en los más altos niveles y tolerado por años.

En ese documento no se mencionaban nombres.

Pero el 30 de mayo del 2014 el entonces presidente Barack Obama envió a los senadores y congresistas de su país un carta en la que incluía a tres “relevantes traficantes extranjeros” sujetos a ser sancionados por el gobierno estadounidense.

El trío lo conformaban el salvadoreño Salazar Umaña, el caboverdiano Francisco de Fátima Frederico Barros -quien se encuentra prófugo- y el colombiano Víctor Ramón Navarro Cerrano, mejor conocido como Megateo, muerto en una operación militar cerca de la frontera con Venezuela en octubre de 2015.

Entraban a engrosar la lista de la que ya eran miembros los mexicanos Joaquín Guzmán Loera el Chapo y Osiel Cárdenas Guillén, líderes de los cárteles de Sinaloa y del Golfo, y ambos extraditados a EE. UU.

Y así, sin hablar del cartel de Texis, Obama se atenía a la Ley Kingpin, que permite sancionar hasta con US$10 millones y 30 años de cárcel a quien haga negocios con los mencionados en la lista.

Pero ya en junio del 2012, cuando El Faro le preguntó sobre las acusaciones de tráfico de drogas, Salazar Umaña respondió: “No tengo nada que opinar con respecto a eso, porque las instituciones tienen que hacer bien su trabajo, incluyendo los investigadores”.

“Lo que yo me pregunto es: ¿por qué no actúan? ¿por qué no estoy preso?”, añadió.

Investigación

Efectivamente, el Chepe Diablo nunca fue perseguido en El Salvador por narcotráfico.

Aunque sí fue encausado en 2015 por evasión fiscal en dos de sus empresas, pero la Fiscalía cesó la persecución después de que pagara la multa correspondiente.

Y este martes acaba de ser detenido, junto a otras tres personas cuya identidad no quiso hacer pública la FGR, como parte de una investigación de lavado de dinero.

Así lo confirmó el fiscal general Douglas Meléndez, quien informó que la Policía llevó a cabo 50 allanamientos en relación al caso.
Entre otros lugares, “son 26 las empresas allanadas hasta ahora, entre las que se encuentran hoteles gasolineras, inmuebles, casas particulares”, dijo el martes, durante una rueda de prensa.

Y también inspeccionaron las instalaciones de la Asociación Deportiva Isidro Metapán y de la Alcaldía Municipal de ese municipio del departamento de Santa Ana.

“La investigación fue reabierta el año pasado por la Fiscalía. No hay certeza de por qué fue archivado el caso, (ni por qué) fue sustraída la información que estaba en los tribunales, pero el caso lo reabrimos”, dijo Meléndez durante la rueda de prensa.

La conferencia fue ofrecida en uno de los negocios de Salazar Umaña que fue allanado, el Hotel Capital de Antiguo Cuscatlán, municipio del área metropolitana de la capital San Salvador.

Y en ella, el fiscal general no hizo referencia a que la investigación -tal como denunció la Revista Factum- la había cerrado su antecesor, Luis Martínez, quien está procesado por los delitos de cohecho, fraude procesal y omisión de deberes.

Aunque sí añadió que “la finalidad de estos registros (llevados a cabo el martes) es obtener evidencias para poder iniciar procedimientos de extinción de dominio”, lo que implica que el control sobre los inmuebles pasa a manos del Estado.

Socio del vicepresidente

El fiscal general también confirmó que sus pesquisas por lavado incluyen las transacciones de Desarrollos Montecristo S.A. de C.V., la sociedad que Salazar Umaña fundó en junio de 2000 junto al vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz, y el empresario Rogelio Antonio Cervantes, quien en 2003 fuera candidato a la alcaldía de Antiguo Cuscatlán.

“Sí, la sociedad Desarrollos Montecristo S.A. de C.V. es parte de la investigación en este momento”, subrayó el fiscal general este martes.

Ortiz acababa de asumir la alcaldía de Santa Tecla, cargo que ostentaría por cinco periodos consecutivos, y era uno de los políticos con mejor perfil del Frente Farabundo para la Liberación Nacional (FMLN), la antigua guerrilla, a la que había pertenecido, entonces oposición y hoy partido en el Gobierno.

La sociedad compró y vendió por años terrenos en la isla Montecristo, ubicada en la zona costera oriental del país, y según el Registro de Comercio, estuvo en activa al menos hasta 2016.

Así lo estaba, por lo tanto, cuando en 2014 EE. UU. incluyó a Salazar Umaña en la lista de los “relevantes narcotraficantes extranjeros”.

En los últimos años Ortiz ha insistido en que el combate al narcotráfico es “clave” para la seguridad nacional.

Así que BBC Mundo trató sin éxito de hablar con el vicepresidente sobre la detención de su socio.

Pero la encargada de prensa de la Vicepresidencia de El Salvador, Yuli Argueta, dijo que no están “contestando preguntas”.

El 18 de marzo de 2016 cuando El Faro lo cuestionó sobre su relación con el Chepe Diablo, Ortiz le dijo que la pregunta no tenía sentido.

“¿Cómo te voy a estar explicando algo que no es legal? ¿Acaso lo han condenado?”, le contestó al periodista.
De momento, el Chepe Diablo está detenido.

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