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Trágica muerte de dos saltadores base en busca de emociones fuertes

Dos saltadores base, una modalidad de paracaidismo considerada como uno de los deportes más arriesgados del mundo, murieron el miércoles desde dos puntos distintos en la región de Lauterbrunnen, en el centro de Suiza, informó el jueves la policía de Berna.

Un italiano, de 30 años, se lanzó desde el pico “Black Line”  en Stechelberg en compañía de dos colegas en Stechelberg.

La segunda víctima sería un británico de 49 años, que falleció horas después y saltó desde la cima “High Ultimate”  en Murren.

La Policía no ha conseguido todavía identificar el cuerpo sin vida.

El salto base es una disciplina de paracaidismo, que consiste en saltar desde un punto fijo.

¿Cuán peligroso es?

De acuerdo con un estudio realizado en el 2007 por investigadores del Hospital Universitario de Stavanger, en Noruega, el salto base presenta un riesgo entre cinco y ocho veces mayor de causar lesiones o muertes que el paracaidismo tradicional.

La universidad noruega sustentó su análisis en 20 mil 850 saltos base realizados desde el mismo sitio: la montaña de Kjerag.

En los 11 años analizados (entre 1995 y el 2005), se registraron un total de 9 muertes, es decir, una cada dos mil 317 saltos. Y un accidente cada 254 saltos.

A escala mundial, se tiene registro de 210 muertes como resultado de la práctica del salto base desde 1981 hasta la fecha.

Las estadísticas de accidentes en el valle de Lauterbrunnen  —recogidas por el doctor Bruno Durrer de 1994 a la fecha — dan cuenta de un total de 35 muertes (33 hombres y 2 mujeres); y de 200 lesiones, de las cuales 70 con fractura de algún hueso y 20 con hospitalización.

Desde el 2006, el número de saltos ha crecido de forma sensible en Lauterbrunnen, para sumar 15 mil anuales. La estadística de los accidentes se ha mantenido estable entre 16 y 24 lesiones por año, y entre 3 y 5 muertes.

Hombres ave

A partir de los años 90 se observaron las primeras manifestaciones del wingfly, o salto con traje aéreo (ver recuadro), una variante de la práctica del salto base. Su característica particular es el uso de un traje que utiliza principios aerodinámicos y une brazos y piernas a través de unas membranas que reproducen la fisonomía de un pájaro. Este deporte consiste en saltar desde un objetivo fijo, frecuentemente es un puente o un acantilado.

Las características de las palmas o membranas del traje permiten a los saltadores combinar ligereza y resistencia, ajustar su velocidad y ritmo de caída logrando descensos que son cada vez más rápidos, prolongados y espectaculares.

“Es genial utilizar tu cuerpo para volar. Y realmente tienes un gran control sobre lo que estás haciendo”, dice Michi, quien tiene 10 años de experiencia en este deporte extremo y más de 650 saltos con traje aéreo a cuestas. Para él, es mucho más que volar, es una experiencia que se vive como un todo, y que incluye también el placer de compartir con los amigos los preparativos de cada salto al precipicio.

Pero ¿qué hay del riesgo extremo que asumen quienes practican este tipo de saltos?

“Siento temor cada vez que voy a saltar, pero no tanto que se convierta en un peligro para mí. Es la dosis de miedo necesaria para mantener la concentración”, sostiene Michi. “Es el lado oscuro del deporte. Sabemos que es peligroso, así que nos enfocamos en los riesgos y en reconocer nuestras propias limitaciones”, añade.

Para él, el principal peligro que enfrentan los hombres ave es acercarse demasiado a una superficie que pueda golpearlos.

Llegar hasta aquí exige recorrer antes un largo camino. Un saltador base comienza por practicar el paracaidismo. Se le recomiendan realizar al menos 150 saltos en caída libre tradicional, antes de explorar el salto base. Y es solo después de una larga práctica de salto base es razonable pensar en los saltos con trajes alados.

Antes de utilizar un traje aéreo, siempre es necesario haber tomado cursos de salto base en un establecimiento –como se exige en Estados Unidos- o encontrar un mentor individual o grupal que guíe la evolución del deportista extremo.

Los principiantes deberán utilizar trajes mucho más básicos y realizar entre 200 y 500 saltos de preparación desde puntos sencillos, como un puente, antes de intentar, con un cierto grado de seguridad, dar un salto con traje aéreo.

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