Guatemala

“Pedimos dignidad laboral”

Largas jornadas de trabajo con poca remuneración y sin cobertura social son algunos de los retos que afronta el sector informal, según dieron a conocer Olga Argueta, inquilina del mercado de La Terminal, y Susana Vásquez, de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, durante el programa Diálogo Libre, transmitido ayer por www.prensalibre.com.

Susana Vásquez, de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, y Olga Argueta, de los inquilinos del mercado de La Terminal, conversan con el periodista Mynor Toc, durante el programa Diálogo Libre.

Susana Vásquez, de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, y Olga Argueta, de los inquilinos del mercado de La Terminal, conversan con el periodista Mynor Toc, durante el programa Diálogo Libre.

¿Qué significa el Día del Trabajo para ustedes?

Vásquez: Es importante, ya que salimos a demandar que haya legislación a nuestro favor y que no nos discriminen. Trabajamos más de 16 horas diarias, nos pagan entre Q400 y el salario mínimo —Q2 mil 530.34—, y sin prestaciones.

Argueta: Significa un día de orgullo. Los comerciantes tenemos ventajas y desventajas. Hay quienes trabajan de las 3 a las 21 horas, pero no estamos para rechazar el trabajo, lo recibimos y vemos que somos bendecidos.

¿Qué hacen ustedes para mejorar sus condiciones laborales?

Vásquez: Pedimos que sea ratificado el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual también protege al trabajador emigrante y a la niñez, porque nosotras empezamos a trabajar desde los 8 o 10 años.

Este convenio favorecerá para que tengamos un salario digno, que se nos reconozcan nuestras ocho horas de trabajo, cobertura del Seguro Social y protección directa en caso de acoso sexual.

¿Cuán recurrentes son esos casos?

Vásquez: A mi edad puedo hablar de experiencias de vida dentro del trabajo doméstico, pero niñas o adolescentes no lo cuentan, porque les avergüenza. No lo denunciamos, porque tenemos miedo, pero este convenio nos protege de todo.

¿Cuál es la situación del convenio en Guatemala?

Vásquez: Fue ratificado en el 2011. La Secretaría Presidencial de la Mujer, Procuraduría de Derechos Humanos e Inspectoría General del Trabajo les dieron dictamen favorable, pero el entonces ministro de Trabajo —Édgar Rodríguez— no lo firmó.

Queremos que nos reconozcan la cobertura social, ya que pasamos en una casa hasta 20 años trabajando; dejamos nuestras vidas allí. Pedimos dignidad laboral.

¿Cuáles son los retos en el sector de mercados?

Argueta: Debido al desempleo, profesionales están allí como comerciantes. A mis hijos, que han logrado salir adelante con sus estudios, los han citado a entrevistas y al mes los vuelven a llamar para decirles que no hay trabajo, por lo que decidieron ingresar en el negocio de la familia.

El hambre no espera que se dé el empleo.

¿Sufren algún tipo de discriminación?

Argueta: A veces, personas que nos visitan creen que porque somos del mercado tienen derecho a humillarnos.

Nos discriminan, sin tomar en cuenta que los vendedores también somos humanos.

¿Cuál es la situación de los vendedores luego del incendio en La Terminal?

Argueta: Hay un seguro para la estructura, pero la reconstrucción de los puestos la hace cada inquilino.

Hemos contratado créditos para efectuar ese trabajo, y compramos pintura para los puestos.

Nos organizamos por sectores, y esperamos a que pronto estén listos los locales del segundo piso.

Estamos vencidos, pero no derrotados.

¿Cómo se incorporan las jóvenes al trabajo doméstico?

Vásquez: Se da en relación con el desempleo. El 80 por ciento somos indígenas del área rural que venimos a la capital porque creemos que aquí van a pagar más.

La mayoría tenemos muy baja educación.

¿Qué motivó la organización de las trabajadoras del hogar?

Vásquez: Soy hija de un campesino sindicalista. En los noventa empecé a participar en un movimiento de niños desaparecidos y del conflicto armado. Luego, retomé la ruta con otras tres fundadoras de la organización.

Las trabajadoras tenemos poco apoyo directo. La idea surgió como una forma de acompañamiento a las víctimas de violencia laboral, e hicimos un llamado en una radio local para exigir el cese de la explotación laboral.

¿Cuál es su mayor reto?

Vásquez: Seguir organizándonos, mientras se sigan violando los derechos de las mujeres, como de la maquila, el campo o venta por catálogo. Vamos a seguir organizándonos hasta que tengamos una legislación que nos valore.

¿Qué mensaje envía a sus compañeros por el Día Internacional del Trabajo?

Vásquez: Es necesario seguir luchando, ya que nuestro Código de Trabajo, en el artículo 164, nos discrimina de los beneficios que tenemos como trabajadores.

Argueta: A mis compañeros les digo que nos sintamos orgullosos de ser tan trabajadores y de ganarnos día tras día el pan. Demos gracias a Dios para seguir luchando por nuestras familias.

REALIDAD NACIONAL

70 por ciento de la población trabaja en la economía informal.

El ingreso  promedio en el área rural es de Q1 mil 478.

El ingreso promedio en el área urbana metropolitana es de Q2 mil 714.

Solo el 20 por ciento de la población gana arriba de Q4 mil 590.

El 77.9 por ciento de los trabajadores no está afiliado al IGSS.

El subempleo  se calcula en  14.4 por ciento.

El 75.6 por ciento  de la población ocupada labora para una microempresa.

50 por ciento de impuestos se recolecta en la región central.