Las tres féminas forman parte de una banda de siete personas, y todavía están pendientes de capturar a cuatro más.
Las mujeres extorsionaban a los transportistas de la provincia de rutas a San Marcos, Quetzaltenango, Retalhuleu y Huehuetenango, con Q75 mil al mes.
Según las pesquisas las presuntas extorsionadoras también se dedicaban a robar cédulas de vecindad a las cuales les colocaban sus fotografías, y las utilizaban para abrir cuentas en un banco del sistema, donde depositaban el dinero de la extorsión.
Cuando las féminas se enteraban que los transportistas las habían denunciado en la Policía, llamaban a los transportistas a quienes les exigían entre Q 1 mil a 22 mil para no matarlos.
Con información de Hugo Alvarado