Al llegar, en un inicio los vecinos desmintieron la versión e incluso no permitieron el ingreso de la Policía Nacional Civil (PNC) ni de los periodistas, quienes por algún tiempo permanecieron en el lugar.
Al retirarse los reporteros quisieron documentar la información tomando algunas fotografías del área lo cual enfureció a los aldeanos quienes los bajaron del vehículo en el que viajaban, y bajo amenazas de que serían conducidos a la aldea les hicieron borrar las fotografías.
Algunos pobladores en conversaciones informales con los comunicadores admitieron que tenían a cuatro personas retenidas en el centro de la aldea, no obstante la información no se pudo confirmar.