La respuesta de Batzín fue clara y sin titubeos: “Depende de la calidad del producto que se está adquiriendo. Hay que evaluar las pelotas que ustedes compraron con las que nosotros adquirimos”.

Minutos después, Camey le preguntó si los balones ya estaban en manos del Ministerio. Batzín indicó que aún no, y reconoció que ya se habían pagado a la Industria Militar, donde fueron adquiridos.

“Tuvimos problemas, porque el envío que nos hicieron estuvo defectuoso, pero según el Viceministerio de Deportes, la próxima semana podrían recibirse”, dijo Batzín.

Agregó que no son los únicos balones que han adquirido, pero pidió a la presidencia del Congreso un lapso de un día para poder entregar la información de la cantidad, valor y empresa a la que se adquirieron por escrito, pues carecía de los datos precisos.

Mientras el ministro hablaba, el jefe de Líder, Roberto Villate, gritaba al fondo: “Usted es un corrupto, señor Batzín. Renuncie”.

Al mismo tiempo Luis Chávez, también de esa agrupación política, colocaba frente a la curul que ocupa desde hace un mes, cuando comenzó la interpelación del ministro de Cultura, los balones de baloncesto adquiridos por Camey, así como vestimenta que el Ministerio de Cultura compró para los empleados de esa cartera.

Disputas

Mientras Líder proseguía con la interpelación, los diputados de las otras bancadas discutían sobre la integración de las comisiones legislativas, ya que los bloques mayoritarios, incluido el del Partido Patriota (PP), pretenden copar las salas de mayor interés mediático por los temas que allí se tratan.

Valentín Gramajo, jefe del PP, indicó: “Es lógico que los bloques quieran integrarse a los temas que les interesan. Yo participaré en la Comisión de Derechos Humanos. Y así como yo, muchos quieren hacerlo, pero las bancadas deben elegir a un solo candidato, y eso es lo que está atrasando la integración”.

La Ley Orgánica del Congreso explica que cada comisión “deberá tener por lo menos un miembro de cada bloque legislativo que así lo requiera y así lo proponga”, y establece que las salas no pueden tener menos de siete miembros ni más de 15.

Según información de la Dirección Legislativa, hasta las 18 horas se habían recibido 15 listas con los nombres de diputados que integrarían las salas, de las cuales aún faltarían 31.

Trascendió que los legisladores corren contra el reloj para integrar las salas y así convocar a por lo menos dos reuniones que les permitan cobrar dietas.

Además que se creó un dilema en torno a la de Derechos Humanos, pues la ley obliga a votar para elegir a los miembros, lo cual no puede hacerse hasta que termine la interpelación.