¿Abogados o jueces?

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Imaginemos lo peligroso que es abrir la puerta para que abogados en ejercicio podamos conocer sobre lo que hacen los jueces dentro de su rol y podamos así, quienes defendemos intereses de parte, sancionar a quienes decidirán el pleito que llevamos en ese juzgado. Esto es una amenaza para todos los jueces del país en cualquier momento y además sustituye el precario sistema de disciplina judicial con que el país cuenta.

En los países civilizados existe un fuerte sistema de control judicial, ser juez es para quien decidió estudiar derecho el honor y la responsabilidad más grande que puede asumirse, y si acá no existe un buen sistema de control judicial, tampoco debe ser sustituido por decisiones de abogados en ejercicio. Si algo envidio de la Constitución española es el artículo 26, que reza: “Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de las organizaciones profesionales”.

Allá en España fueron páginas duras escritas desde el abusivo estrado de los tribunales de honor las que lograron, por medio de “sus resoluciones basadas en ley”, inhabilitar a varios que en su momento se oponían al régimen dictatorial. El autoritarismo no aguanta crítica, y para comenzar un régimen oprobioso lo primero que se requiere es empezar a tejer la estructura que dará sustento a lo arbitrario. Acá ya empezó a hilvanarse.  

El Colegio de Abogados eligió hace unos días Junta Directiva y Tribunal de Honor, pero resalta en primer término, que ninguno de los grupos contendientes se pronunció sobre el abuso cometido y, por ende, lo avalan y continuarán con el deseo de juzgar jueces.

Para quienes somos docentes de Derecho Constitucional, estas situaciones frustran. Nuestra Constitución, el texto que concebimos como Supremo e inviolable, dice: “La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca. Ninguna otra autoridad podrá intervenir en la administración de justicia”,  esto lo prescribe dentro de la independencia judicial y la potestad de juzgar.

El Tribunal de Honor para juzgar a jueces se ampara en una norma reglamentaria y así señala su presunta competencia para hacerlo. Increíble que en el país aún se discuta lo esencial. Un abuso es un abuso, no habrá ningún cambio con el Colegio de Abogados  con sus nuevas autoridades, la institución es una caja de resonancia del poder, gobierne quien gobierne y la diferencias entre los grupos “contendientes” no son más que líos por cuotas de poder.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.