Al ministro

JUAN CALLEJAS VARGAS

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con la que se han abordado muchos temas de conflictividad social en el país, pero al final el balance es un alto costo político para el gobierno y en particular para el presidente de la República y en menos escala para el ministro de Gobernación, quien, bastante habilidoso con la lengua castellana, ha sabido salir al paso de las dificultades que se han planteado.

En todo caso, el motivo de esta columna, dedicada al Ministro López Bonilla, merecedor de todo mi respeto y aprecio, es advertirle o quizá sugerirle a una persona valiosa como él, con un alto sentido de honor, pudor y de la herencia de un buen nombre, extreme su celo frente al manejo de los temas de dinero, tanto en lo actuado en relación a la remodelación de las cárceles —tema que aunque necesario, no es prioritario para el país— como a la futura compra de armas y municiones, así como de tecnología informática; tres áreas de inversiones cuantiosas en su cartera.

Sentí alivio cuando, después de las publicaciones de la nota periodística en elPeriódico, el ministro de Gobernación afirmó: “El ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, declaró anoche que suspenderá la adjudicación de Q543 millones a favor de Interamerican Investment & Development Corporation (II&DC)… Ortiz, abogado radicado en Coral Gables, Florida, comparte representación de una empresa registrada en ese mismo estado con Fabián Castellanos, a quien López Bonilla describió como su colega y amigo… Esos vínculos generan suspicacias, dijo López Bonilla, y agregó que no quiere que una leve sospecha arruine su buen nombre”.

Me preocupé por él y por el impacto que tendría en el país, que su mejor ministro le fallara de la forma en que ya lo hizo el tristemente célebre ministro de Finanzas con el tema de medicinas con sobreprecios. Me preocupé más aún, con las declaraciones del presidente, quien una vez más prefería avalar situaciones sospechosas que tomarse el tiempo para valorar la realidad.

“El presidente Otto Pérez Molina restó importancia a la amistad y a la relación laboral del ministro de Gobernación con el socio del presidente de la empresa que ganó el contrato para remodelar cárceles por Q543 millones… Tampoco consideró relevante que la compañía obtuvo la adjudicación del Estado guatemalteco cuando tenía vencida su licencia de operación en Nevada… En una conferencia de prensa el mandatario Pérez calificó de ‘desenfocadas’ las relaciones empresariales mostradas por este medio…”.

Le recuerdo, aunque seguramente lo sabe el ministro López Bonilla, que la ley dice: “Artículo 156.- No obligatoriedad de órdenes ilegales. Ningún funcionario o empleado público, civil o militar, está obligado a cumplir órdenes manifiestamente ilegales o que impliquen la comisión de un delito”. Es probable que los arrebatos de “este macho es mi mula” del ciudadano presidente le quieran impulsar a tomar caminos que no le corresponden, pero está en sus manos decidirlo. ¡Feliz Navidad!

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