A CONTRALUZ – Las Dos Erres

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LO OCURRIDO EN LA COMUNIDAD Dos Erres, Petén, entre el 6 y el 8 de diciembre de 1982, causa horror, y quienes lo hicieron deberían estar purgando cárcel de por vida, por la infamia cometida. Testimonios de kaibiles que participaron en esa masacre y que fueron dados a conocer por la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) revelan la saña con la que el Ejército de Guatemala acabó con esa población. La orden de registrar la aldea y matar a todos sus habitantes fue recibida el 5 de diciembre, debido a que la Inteligencia militar consideraba que estos eran simpatizantes de la guerrilla. Como a las 2 horas del 6 de diciembre, 58 kaibiles que procedían de Santa Elena comenzaron a sacar con violencia a la gente de sus casas. Concentraron a las mujeres y los niños en dos iglesias, y a los hombres en una escuela. A las 5 horas se escuchó el grito de una niña de 14 años que estaba siendo violada por un militar, atrás de un templo.DESPUÉS DEL MEDIODÍA, los kaibiles comenzaron la masacre. “A las dos de la tarde arrojan vivo a un pozo seco a un recién nacido de tres o cuatro meses de edad (…) Todos los menores fueron ejecutados con golpes de almádana en la cabeza, mientras a los más pequeños los estrellaban contra los muros o los árboles, sujetándolos de los pies; luego eran arrojados al pozo”, indica el informe de la CEH. Luego siguieron con los hombres, mujeres y ancianos, a quienes les vendaron los ojos y los llevaron a las cercanías del pozo, donde los hincaron y uno por uno los golpeaban con una almádana en el cráneo y después los lanzaban al abismo. A las mujeres embarazadas las hacían abortar. “Se podía ver cómo las golpeaban en el vientre con las armas, o las acostaban y los soldados brincaban encima una y otra vez hasta que el niño salía malogrado”, refiere un testimonio. EL SIETE DE DICIEMBRE continuó la matanza; a unos les destrozaron el cráneo y a otros los mataron a balazos. “Uno de los hombres logró quitarse la venda una vez que había caído al pozo, pues logró sobrevivir del golpe en la cabeza y, al verse sobre el resto de cadáveres, insultó a uno de los kaibiles que estaba a la orilla del pozo, quien le disparó con su rifle Galil y, al ver que no moría, lanzó una granada de fragmentación encima de él”, dijo un kaibil que participó en los hechos. Al resto de habitantes que aún quedaban con vida los torturaron y los mataron al día siguiente. En total, fueron asesinadas 251 personas, y posteriormente el Ejército arrasó con todo lo que había en la aldea.A FINALES DE ESE MISMO MES, una misión de la Embajada de Estados Unidos llegó a Las Dos Erres, donde pudo constatar la masacre. El informe de la misión norteamericana indica: “Basándonos en la información reportada por la fuente (…) y las observaciones en el campo el 30 de diciembre, la embajada debe concluir que la parte que aparece más responsable para este incidente es el Ejército guatemalteco”. Pese a todas las evidencias, jamás se ha emprendido acciones contra 17 militares sospechosos de haber cometido esa matanza, ocurrida cuando gobernaba Efraín Ríos Montt. Esa fue la razón de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos haya condenado al Estado de Guatemala por esta masacre y le exija investigar a los presuntos responsables, así como llevarlos ante los tribunales. Ojalá y ahora el Ministerio Público y los tribunales de justicia no se hagan atrás, porque la resolución de la CIDH es inapelable y de acatamiento obligatorio.

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.