¿Conflictividad social?

Desde muy temprano los miembros del grupo, cuyos líderes Felipe Sandoval y Yolanda Oquelí se apostaron en la carretera de entrada colocando una cadena con candado, llevando niños entre los que se contaban bebés de brazos, al menos se vieron tres carruajes, los cuales fueron pasados debajo de una cerca.

Acompañando a los manifestantes se encontraban varios extranjeros de las llamadas Brigadas de Paz que aseguran son respaldados por la ONU, entre ellos un chileno que está ilegalmente en el país. Además estuvieron presentes miembros de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas de Derechos Humanos (Oacnudh) y miembros de la Procuraduría de Derechos Humanos, encabezados por el Lic. Mario Minera.

En la intervención de la jueza de Paz de San José del Golfo, Licda. Ana Leticia Guevara Hernández, ella conminó a los manifestantes a deponer su actitud, pues estaban incurriendo en un delito al coartar la libertad de locomoción y violar la propiedad privada, pero sus palabras cayeron en el vacío y, como resultado, una lluvia de piedras y palos comenzó a caer sobre las autoridades, quienes reaccionaron tirando lacrimógenas.

En el video se ve claramente que ya en ese momento los bebés y niños habían sido retirados, y no es como se dijo, que prácticamente la Policía había tirado sobre ellos las bombas.

Este grupo de violentos tiene dos años y tres meses de vivir en el camino hacia la mina, e informes de algunos de ellos que tienen parientes que laboran en la mina cuentan que reciben los tres tiempos de comida, bolsas con vituallas y Q125/día. La pregunta es, ¿de dónde viene esa gran ayuda?, quién es el financiero, ya lo sabemos, lo increíble es que se sigan permitiendo esta acciones a todas luces ilegales.

Por supuesto, comprendemos que con la anterior fiscal todos estos hechos quedarían impunes, pero ahora le damos el beneficio de la duda a la nueva fiscal, que entre la investigación que tiene que llevar a cabo es la procedencia de estos fondos y de los líderes y extranjeros que están en esta campaña de desestabilización.

Ante el estímulo que les dan a estos grupitos surgirán líderes que seguirán bloqueando cuanto proyecto productivo esté a punto de empezar y así agenciarse fondos. Los de abajo ganarán una bicoca, pero los líderes recibirán mucho más, viajarán a Ginebra y a otros lugares con evidencia de violaciones a sus derechos, con montajes como el que hiciera la Cicig del caso Pavón, cargados de mentiras, poniendo a los reos como humildes personas inocentes que esperaban ser liberados ante la injusticia de su detención.

No cabe duda de que estas organizaciones de Naciones Unidas, que están plagadas de gente antisistema, seguirán apoyando a aquellos que pretendan destruir el capital, la empresa privada y, lo peor, el estado de Derecho.

Las acciones se repiten en los cuatro puntos cardinales del país, contra la minería, hidroeléctricas, cultivos, carreteras y todo aquello que signifique progreso.

No sé qué esperan nuestras autoridades para expulsar a ciertos grupos y terminar con la Cicig, quizás están esperando que los enjuicien a ellos, como les está pasando a quienes promovieron su instalación.

Tergiversar la verdad y bautizarla con otro nombre es deporte nacional. La violencia y el latrocinio se dispersan por todo el país y le dicen conflictividad social.

hupretij@hotmail.com

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