Divorcio

Juan Alberto Fuentes Knight

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En gobiernos de países exitosos, lo que predomina es la selección de funcionarios con base en el mérito, con un Estado fuerte pero sujeto al imperio del derecho y a la rendición de cuentas, y que se ajusta a la voluntad mayoritaria.  Hay entidades y funcionarios públicos en Guatemala que apoyan normas parejas para todos, que se sujetan a la ley y que buscan favorecer el bien común.  Pero la dirección política del actual gobierno impide que esta práctica sea la que predomine dentro del Estado.  Dos acontecimientos que han marcado este año lo demuestran: la selección de magistrados y jueces y la aprobación  del presupuesto.

La selección de magistrados y jueces fue una negociación dirigida a establecer un sistema de justicia que redujera los riesgos de futuros  juicios por corrupción, lejos de una aplicación equivalente de la ley  por igual a todos.  ¿Cómo puede establecerse una relación de mutuo entendimiento entre sociedad y Estado si se busca poner a sus altos funcionarios por encima de la ley?  Si en un matrimonio la ley solo se aplica a uno de sus integrantes y no al otro, ¿es una relación recíproca, pareja?

El presupuesto es un reflejo de lo mismo.  Su aprobación resultó de un intercambio de favores económicos otorgados a diputados, para financiar su campaña, a cambio de su apoyo. Los recursos del Estado puestos a disposición de políticos les permitirá continuar ejerciendo el poder,  Ejecutivo o Legislativo.  En vez de un intercambio político entre el Estado y la sociedad, donde esta le proporciona recursos al Estado a cambio de que proporcione servicios públicos, es un intercambio entre políticos para mantener sus privilegios a costa de la sociedad.  En vez de estar al servicio de la sociedad, como en los países exitosos, el actual Estado manipula y exprime a la sociedad.

Tantos sinsabores pueden oscurecer lo que es realmente importante.  No debiera olvidarse que en otras latitudes ha habido experiencias exitosas de desarrollo digno, con amplio bienestar económico y social.  Ello ha requerido gobiernos fuertes, pero sujetos al imperio del derecho y a la voluntad de las mayorías, sin divorcio entre Estado y sociedad.  Algún día la sociedad guatemalteca logrará poner a su servicio al Estado guatemalteco.

fuentesknight@yahoo.com

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