El Censo y la mochila azul

¿Por qué cuesta tanto financiar el censo, entonces? Digamos que “tuvo mala suerte” porque el año que sí fue presupuestado por el Minfin no aprobaron el presupuesto en el Congreso. Luego, se desvaneció totalmente de las prioridades. “Crisis financiera”. No obstante, en plena “crisis” el Minfin le aumentó Q48.9 millones a la Secretaría de Desinformación Social de la Presidencia. Y en el 2015, el Mineduc pretende gastarse Q75 millones en mochilas escolares, cuando las aulas del país se caen a pedazos y los indicadores de resultados van en pleno retroceso. ¿O será acaso que las mochilas son de esos insumos críticos con los que cambiarán las tasas de cobertura y mejorarán los logros de aprendizaje?

Da tristeza ver al Mineduc, otrora el Ministerio más sólido del área social, caer de rodillas en el clientelismo electoral. Usar la ilusión infantil para promocionar solapadamente el color oficial del partido de gobierno era repulsivo. ¡Qué bueno que la sanción social hizo que retiraran el naranja de la mochila! Igual animo a la ministra a replantearse más a fondo sus decisiones de gasto en estos 11 meses que le quedan. ¿Acaso no sería más útil usar esos Q75 millones apoyando la realización del nuevo Censo de Población, y despejar así uno de los cuestionamientos más severos que se hacen a su gestión, que es el descenso de las tasas de cobertura educativa?

Con un censo actualizado, podría mejorar dramáticamente la calidad de la planificación educativa, hacer un presupuesto plurianual con basamento técnico, programar dónde priorizar la reparación de escuelas y su equipamiento, modular la contratación de maestros, reasignar más eficientemente los recursos ministeriales ya disponibles. Es un ministerio donde es más que obvio el beneficio que traería el censo de población. Tal vez por eso, y no solo por los colores en las mochilas, es que irrita tanto que se gaste tan irreflexivamente ese dinero.

Por supuesto, no solo el Mineduc se beneficiaría. Pero lo uso de ejemplo porque el monto para las mochilas representa más de un tercio de lo que necesita el INE para el censo; destinarlo a ese fin no tendría incidencia negativa alguna en el desempeño de los escolares este año. Por tanto, no es un tema de recursos, sino de prioridades.

El Minfin, si tuviera la instrucción, escarbaría en todos los renglones y juntaría el resto del dinero, al menos, otra parte. Podría destinar también recursos de la venta de los bonos para el efecto o, en el peor de los casos, pedir un préstamo concesional. ¿Si los pide para pagar salarios y deuda, por qué no para algo que tendría un efecto positivo en el ordenamiento de todo el quehacer del Estado? En países vecinos lo han hecho.

El presupuesto de arranque del nuevo gobierno terminará negociándose en la comisión de Finanzas del Congreso este año. Si no se asignan los recursos en el presupuesto 2016, simplemente no habrá censo, sino hasta casi finales de la década. Quiero pensar que algún asesor de campaña y los formuladores de planes de gobierno entenderán el valor estratégico de no olvidarse de este asunto.

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