Haciendo comunidad

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Pasos y pedales no es solo caminar y andar en bici. Ha evolucionado sola hacia una esfera de interrelación dinámica. Es tertulia fresca. Es detenerse a degustar un helado, una bebida fría y bocadillos con sabor de maravilla cuando el apetito pica por la actividad física.

Para las mascotas, Pasos y Pedales es día de celebración. Hay entrenadores demostrando sus habilidades. Hay venta de toda clase de productos y servicios caninos. Hasta enamoramientos. Toda una comunidad canina.

Cuando el sol calentaba a media mañana, me detuve a comprar un delicioso coco, frío, pelado y limpio por Q10. No lo podía creer. Una bebida tan natural y sana a precio de refresco embotellado. No fueron pocos los que me preguntaron quién los vendía.

Me dirigí a la comunidad orgánica, que se reúne ahí una vez al mes. Los puestos que brinda la municipalidad capitalina estaban llenos de vendedores de productos orgánicos, un tema que con creciente interés estoy siguiendo desde hace algún tiempo. Visitar cada puesto fue una delicia. Pan orgánico de sabores diferentes. Miel de abeja. Verduras frescas, libres de químicos. Jabones caseros orgánicos. Huevos de patio. ¿Cómo no van a saber mejor los huevos de gallinas libres, no enjauladas, comiendo lo que les ofrece el “patio” y otros complementos orgánicos provistos por su dueño?

Esto es comunidad, me dije. Familias de la comunidad vendiendo y intercambiando productos, ideas, experiencias. Su pasión es comer comida sana libre de contaminantes y preservantes. Comida fresca sin aditivos. Si no puedes pronunciar lo que está escrito detrás de un artículo, no es orgánico.

Me detuve a platicar con una persona que vendía plantitas de uno de los árboles más nutritivos del planeta. El árbol de moringa. Llamado el árbol de la vida porque sus hojas son súper nutritivas. Por Q25 compré un arbolito. Me dio ideas de cómo podarlo cuando creciera y cómo cosechar y preparar sus hojas. Más adelante me encontré con una encantadora señora que atendía su puesto con ayuda de sus hijos, entre los productos que vendía: la lombriz coqueta roja. Una lombriz conocida por su capacidad de convertir en abono orgánico la mayoría de desechos vegetales. Media hora después de sostener una charla sobre los beneficios de este increíble animalito, salí también cargando con una libra de coqueta roja. Si a uno le interesa saber cómo iniciar una cría de lombrices. en Youtube hay cientos de videos hechos por “la comunidad orgánica” que crían en sus casas pequeñas cajas de esta singular lombricita.

La comunidad —decía el sociólogo Max Weber— permite manifestar la frugalidad, el pensamiento independiente, la autosuficiencia y las actitudes necesarias para la creación y el desarrollo del espíritu emprendedor.

El domingo pasado vi eso “vivito y coleando”. Ojalá que los sucesores del canchón Arzú no la amuelen. Y mejor si sigue…

 alfredkalt@gmail.com

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.