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Cambio estructural

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En esta crisis sin precedentes que vivimos no basta cambiar de caras o una renuncia para que las cosas se arreglen, cuando todos sabemos que aun habiendo dimitido Roxana Baldetti, seguirá en el poder mientras Otto Pérez esté ocupando la silla presidencial. Simplemente la señora cambió de estatus de poder legal, a poder fáctico. De igual manera, haber elegido a un Alejandro Maldonado como el nuevo vicepresidente solo nos confirma que tenemos un gobierno podrido y cooptado, que necesita funcionarios que se adapten al sistema, y no personas que aporten virtudes y políticas de Estado que beneficien al pueblo.

La corrupción en Guatemala es un mal estructural y el Congreso forma parte de los vicios del sistema, ha sido cómplice de las malas prácticas en el Estado, además de solapar la corrupción del poder Ejecutivo.

Aunque el Legislativo carece de legitimidad y de la moral para dirigir cualquier proceso de cambios a la ley, esta vez la ciudadanía no tiene otra opción legal, más que exigir a estos diputados que actúen con dignidad y honorabilidad, y aunque sea por una vez en su vida obedezcan al clamor popular y no a poderes paralelos y sus propios intereses mezquinos.

Después de los escándalos de corrupción en los que han estado envueltas todas las instancias gubernamentales, es necesario que el Congreso de la República asuma un papel de liderazgo, exigiendo la rendición de cuentas para transparentar los procesos en la institucionalidad pública.

El pueblo pide que las actuales caras visibles dentro del gobierno renuncien, que sean enjuiciadas y devuelvan el dinero sustraído, pero no olvidemos que el fondo del problema es el sistema, y eso debe cambiar. ¿Cómo es posible que dos personas fueran investigadas y conducidas en cuestión de horas, por supuestamente crear pánico bancario, pero los verdaderos responsables de la crisis financiera que está viviendo este país anden muy tranquilos y seguros de que no serán conducidos a los tribunales de justicia nunca?

El Legislativo no puede seguir más prestándose a juegos sucios y debe generar la legitimidad necesaria para asumir el liderazgo ante esta crisis política, las manifestaciones deben volcarse ahora ante esta institución que prácticamente tiene en sus manos el futuro del país. Por lo que cualquier actividad pública que realice la ciudadanía debe terminar en el Congreso, para hacerlos corresponsables.

El pueblo exige una depuración total de esta clase política que nos ha llevado a la ruina, necesitamos un cambio sustancial en el Ejecutivo, que incluya también al poder Legislativo y Judicial. Porque hoy tenemos un Estado corrupto que garantiza la impunidad. Este es un punto de quiebre institucional donde existe la oportunidad de iniciar un cambio o seguir como hasta hoy sumidos en una crisis que puede realmente llevarnos a un Estado fallido y total ingobernabilidad.

Queremos acciones concretas de la fiscal Thelma Aldana y el contralor Carlos Mencos, que deben actuar alejados de los compromisos de quienes los pusieron en la silla, y trabajar de acuerdo a lo que el pueblo de Guatemala exige de ellos.

Imagen_es_percepcion@yahoo.com

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.