De entre la docena de candidatos inscritos para la alcaldía antigüeña, a pocos se conocen motivaciones dignas para competir, como podrían ser afán de servicio, mejorar la calidad de vida de los vecinos o interés por la conservación y desarrollo de la ciudad, patrimonio cultural de la humanidad. Sin embargo, un salario superior a los US$10,000 parece ser motivo suficiente, sobre todo, ante la posibilidad demostrada de percibirlo sin necesidad de hacer nada. Además, la partida de viáticos presupuestada puede ser sumada de vez en cuando, con aparente impunidad, aunque no se salga de viaje.

La crisis por la que atraviesa Guatemala tiene que ver con infinidad de factores, pero sobre todo por la imperante ingobernabilidad de los últimos 20 años; situación obvia en este municipio. Ese escenario trajo consigo incumplimiento de ofertas, desuso de las instituciones públicas en detrimento de la población, asalto a las arcas nacionales, etcétera. Tal estado de cosas llevó a la población a desinteresarse del destino del país, dejando hacer, hasta el 16Ab2015, cuando el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad dieron a conocer las redes de corrupción en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y aduanas, y seguidamente en otras instituciones públicas. En esas redes participan desde el más bajo estrato hasta la más alta magistratura de los tres poderes del Estado.

La ciudadanía reaccionó y desde entonces no ha dejado de manifestar públicamente su hastío, exigiendo la renuncia del Presidente y Vicepresidente de la República, diputados al Congreso y magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Perdió la confianza en esa clase política usurpadora, traicionera y corrupta, llegando a proponer que los candidatos a cargos públicos sean postulados por comités cívicos, propuesta que de inmediato adquirió viabilidad, al menos, para el cargo de Alcalde.

En La Antigua Guatemala algunos candidatos fingieron pelearse con sus partidos políticos, por lo que, entre otros, inversionistas inmobiliarios salieron al rescate, pretendiendo ser la solución a los problemas de una ciudad que desconocen, pero que reconocen como la gallina de los huevos de oro que debe ser explotada… hasta que explote.

Entre los aspirantes hay repitientes y primerizos; buenos, regulares y notoriamente malos, tanto por su trayectoria, como por quienes les apadrinan y forman planillas, que al final de cuentas son quienes integrarán el Concejo y por lo tanto serán la próxima autoridad administrativa.

Durante el foro “Los candidatos ofrecen, los ciudadanos demandan”, promovido por la Asociación IXIM, GoJoven y Cooperación Española, el Consejo Cívico de Vecinos y Salvemos Antigua propusieron a los candidatos, Oswaldo Díaz, Víctor Hugo del Pozo, Luis Mendoza y Fabricio López, comprometerse a desarrollar durante la gestión 2016-2019 una agenda mínima de trabajo en torno a: Plan de Ordenamiento Territorial, Reingeniería Municipal y Vínculo con el Consejo para la Protección de la Ciudad. Los candidatos aceptaron el compromiso y felicitaron a los organizadores por la iniciativa.

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