PUNTO DE ENCUENTRO

¿Cuál derrota?

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Nadie dijo que librar la batalla contra un sistema corrupto iba a ser fácil. Iluso es pensar que aquellos que se han beneficiado durante décadas de la podredumbre que ellos mismos han creado, no van a patalear y a usar todas las herramientas a su alcance para defender sus privilegios, sus negocios y su inmunidad. Pero de eso a vaticinar la derrota ciudadana, hay un océano de diferencia.

La gente sigue en la calle, los estudiantes continúan reuniéndose y movilizándose, los espacios ciudadanos de reflexión y propuesta para proponer cambios urgentes a leyes como la electoral y de partidos políticos, a la de carrera judicial o a la ley de compras y contrataciones están trabajando a toda máquina, conscientes de que hay una oportunidad histórica para lograr cambios de fondo. Y aunque se entiende que de los diputados puede esperarse casi nada, están dispuestos a presionarlos hasta que aprueben las modificaciones con las que podría iniciarse una reconfiguración del tablero de juego.

Hay claridad sobre el peso que tiene la bancada Líder en la configuración de la agenda legislativa y también sobre el costo que les tocará pagar si desatienden el clamor popular por las reformas, y esto también lo saben los políticos. Ya las encuestas reflejan una caída importante del candidato presidencial de esa agrupación en las preferencias electorales, que puede seguir acentuándose en la medida que los diputados entretengan la nigua para ganar tiempo, o el presidente de ese organismo, que se puso la corbata roja, continúe menospreciando y descalificando la participación de la ciudadanía, al mismo tiempo que dizque apoya las mesas de trabajo en el Congreso. Cada vez está más claro que el objetivo de la movilización debe ser en este momento el Legislativo, sin renunciar a la legítima exigencia de la renuncia del presidente.

La alianza del Tribunal Supremo Electoral con espacios ciudadanos como la Plataforma Nacional por la Reforma del Estado (PNRE) o la Convergencia por la Reforma Política (Conarep) para impulsar una propuesta común de reforma al sistema político-electoral es un paso en la dirección correcta y es una victoria de las movilizaciones y las protestas. Darse por vencido a estas alturas y anunciar que nada habrá de lograrse, es una lectura equivocada de la realidad, porque ya Guatemala no es la misma, se avanzó y se ganó terreno.

Las investigaciones del Ministerio Público y la Cicig, que siguen destapando las cloacas, develando el modus operandi de las estructuras y las redes criminales y sus vínculos con funcionarios del Estado, además de las recientes revelaciones respecto de jueces y diputados corruptos, que seguramente son apenas las primeras, contribuyen no solamente a ir rompiendo las telarañas de la impunidad, sino al despertar de la conciencia ciudadana.

Entiendo que la resolución de la CC (dividida, por cierto) que echó por tierra el proceso para retirar la inmunidad del presidente Pérez es un golpe que puede bajar la moral. Pero entiendo también que esta es una batalla de largo aliento, que precisa de coraje y de entereza, para continuar, sin rendirse. Hoy, más que nunca, este país necesita que no bajemos los brazos.

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.