UKEMIK NA’OJ

Decisión ciudadana

Francisca Gómez Grijalva

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Las elecciones fraudulentas, excluyentes, hegemónicas e ilegítimas están a la vuelta de la esquina. Para los poderosos “la suerte está echada”. Su objetivo es claro, quieren que nosotras y nosotros vayamos a las urnas a validar y legitimar este sistema clientelar, corrupto y opaco. Para empezar, los partidos políticos no son más que meros cascarones, sin ninguna propuesta ni contenido ideológico. Además, varios de ellos competirán a pesar de haber cometido y seguir cometiendo delitos electorales.

Se sabe que en las elecciones del 2011, a cambio de cierta cantidad de dinero, las personas que votaron por partidos embaucadores debieron hacerle una foto a las papeletas antes de depositarlas en las urnas para comprobar su voto, cuando este es secreto según la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Entonces, ¿cómo el TSE garantizará que este delito no vuelta a cometerse? ¿Requisará los celulares?

En ese contexto, la abstención o el voto nulo surge como una manera de demostrarles a los delincuentes de cuello blanco que el poder ciudadano lo ejercemos las mujeres y los hombres de esta Guatemala multicultural y multilingüe. Hoy más que nunca rechazamos que nos quieran imponer gente que solo busca su beneficio particular. Por eso yo no votaré, porque me niego a legitimar esta farsa electoral.

En este sentido, concuerdo con el periódico feminista La Cuerda cuando plantea en uno de sus comunicados que: “Las elecciones, viciadas por una ley anacrónica que excluye a las mayorías y permite la participación a personas implicadas en ilícitos, no constituyen ningún proceso genuino de democracia, sino son un dispendio, una farsa que pretende engañar a la población con poner su voto en un cartón de lotería”.

Por ejemplo, votar por partidos como FCN, Viva y PRI es como votar por el Líder y el PP, pues solo reciclan personajes que ya gobernaron, con antepasados nefastos. Hay quienes abiertamente han dicho que votarán por la UNE porque es la mejor opción; sin embargo, cuando este partido gobernó del 2008 al 2012, empezó a remilitarizar al país y a reprimir a las comunidades que se oponían a los proyectos extractivistas. En el 2008, el gobierno de Álvaro Colom y la UNE implantaron un Estado de Excepción que afectó directamente a las 12 comunidades Maya Kaqchikel de San Juan Sacatepéquez. Con esa medida contrariaron sus promesas de campaña electoral de hacer un gobierno con “rostro maya”.

Quienes voten deben tomar en cuenta las lecciones recientes del actuar inconstitucional de los partidos (anti)Patriota y (no)Líder. Al ser partidos mayoritarios en el Congreso han pactado impunemente a la hora de aprobar leyes que violan los derechos fundamentales y la dignidad del pueblo guatemalteco. Ese mismo pacto de impunidad les llevó a elegir magistradas y magistrados para la Corte Suprema de Justicia y Cortes de Apelaciones para garantizarse impunidad. Por eso, han transado para proteger a Otto Pérez Molina al no retirarle la inmunidad.

Para evitar las aplanadoras en el Congreso, la alternativa puede ser el voto cruzado, el cual consiste en votar por partidos diferentes para las diputaciones y presidencia.

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