PARALELO 30

Economía libertaria

Samuel Pérez Attias

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No existe evidencia de economías regidas por mercados perfectamente competitivos ni de una sociedad regida por un laissez faire como plantean los libertarios. De hecho, sería imposible. Su propuesta es ambigua, rayando en la fantasía, pues al usar la praxeología en ocasiones hacen referencia a la teoría y en otras a la práctica. La falacia más común en su discurso es la falsa dicotomía entre “capitalismo o comunismo”. Podrían hacer su análisis partiendo de que todas las economías del mundo son mixtas. Lo que difiere hoy en la economía global son los grados de intervención de los Estados en los mercados.

Dogmas y frases prefabricadas son la norma en el discurso libertario de las figuras mediáticamente más prominentes del cartel libertario en Guatemala, mostrando escaso conocimiento sobre escuelas de pensamiento económico. Los cursos introductorios de Economía que reciben obligatoriamente los libertarios enfatizan doctrinariamente en la escuela económica austriaca, la cual, a pesar de sus contribuciones, es criticada en círculos académicos por su dogmatismo y falta de rigurosidad.

El discurso libertario se reduce a: eliminar los impuestos directos, abolir la intervención del Estado, ignorar las inequidades, asumir mercados perfectamente competitivos, negar las externalidades (como el cambio climático) y aducir que el crecimiento económico es el objetivo último de las sociedades. Viene al caso mencionar cómo dicha propuesta del cartel libertario favorece al grupo que concentra el acceso a factores productivos, a medios de comunicación, ergo, a poder económico, político y social: Usemos de ejemplo el reducir impuestos directos y el tamaño del Estado para crecer económicamente. La falacia implícita en este argumento es asumir que el fin en una economía es el crecimiento del PIB. Recordemos que el mismo creador de las cuentas nacionales, S. Kuznets, advirtió de que el PIB no tiene como objetivo medir el bienestar de la población. La evidencia indica que el crecimiento per se no se derrama en desarrollo humano, ambiental y social; primero, porque el crecimiento del PIB puede darse a costa de externalidades netas negativas como la contaminación ambiental (envenenamiento de vida en los ríos, eutrofización de lagos o el efecto invernadero), el abuso social (desvío de ríos a ingenios) o la explotación laboral (salarios debajo de la canasta básica), y segundo, porque el crecimiento económico en economías concentradas no derrama en beneficios a los ciudadanos. Quienes hoy concentran acceso a mercados dominan los medios de comunicación y se integran en empresas entre generaciones, son quienes más se benefician de la reducción a los impuestos directos. Nacer en determinada familia del 0.1% poblacional que hereda fincas y otros factores productivos hace que el producto de sus rentas les garantice su enorme cuota de poder en la sociedad; por ello invierten en “centros de adoctrinamiento” y de “análisis libertario”, crean y financian medios de comunicación, movimientos y fundaciones ad hoc pagándoles a sus voceros para que propaguen esa ideología “libertaria” que al final no es más que la perpetuación del statu quo. Con discursos prefabricados y videos virales buscan crear un ethos a su favor, perpetuándose así en el poder a través de un sistema que les favorece. Continuará…

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