¡La manifestación del 16 de mayo fue arrolladora, inspiradora, alegrísima y profunda! Estamos aprendiendo el arte de ser ciudadanos. Sin embargo, existen chapines incrédulos, o que se sienten amenazados, que tratan de minimizar esta histórica lección de civismo. Para quienes no pueden dimensionar el impacto que ha tenido el clamor ciudadano durante las marchas de ¡# Renuncia ya! en la realidad nacional, y se burlan catalogándolas de manifestaciones “ingenuas” que no conducirán a nada, les comento que están muy equivocados. Guatemala ya no es la misma desde hace mes y medio. Perdimos el miedo cuando nos dimos cuenta de que estábamos perdiendo algo más grande: nuestro futuro como nación.

Una de mis mayores alegrías fue ver que en la manifestación participaban niños, ¡familias enteras! Estamos aprendiendo una nueva conciencia ciudadana. Ese espíritu fuerte de amor por Guatemala sin duda permanecerá en sus tiernos corazones para siempre.

Varias personas me han preguntado, ¿por qué se le quiere dar un puente de plata al gran responsable de esta crisis política, a Otto Pérez Molina, si en su momento no reparó en innumerables contratos otorgados por sus funcionarios y que resultaban lesivos para los guatemaltecos? Yo no lo sé, pero lo que sí sé es que el presidente perdió toda credibilidad. Nos disgusta su tremenda desfachatez al expresar que no renunciará y pide un “respiro político”. ¿Por qué hasta ahora pide las reformas a las Leyes de Servicio Civil, Electoral y de Partidos Políticos?

El pasado miércoles, la Cicig y el MP desarticularon la segunda red delictiva, la estructura IGSS-Pisa, S.A., que provocó la muerte de 11 pacientes con problemas renales. No se puede tapar el sol con un dedo, señor presidente. No se puede maquillar tanta suciedad. Y este mensaje va también para toda la casta de políticos corruptos que están en cola para el evento electoral que se avecina. En mi opinión, el mejor legado que puede dejar el presidente Pérez Molina es renunciar, ponerse a las órdenes de las autoridades correspondientes para ser investigado. Como dice el famoso refrán, “si nada debe ¿qué puede temer?”.

El movimiento cívico no cederá. La Constitución establece el camino a seguir. El vicepresidente pasa a ser presidente y el Congreso elige a un vicepresidente. Llevar a cabo este gobierno de transición lo más pronto posible y por la vía pacífica será lo mejor para Guatemala. De acuerdo a varios juristas, la renuncia de Pérez Molina no suspende las elecciones.

Como la crisálida que se transforma en mariposa, “Guatemala está a punto de volar,” susurró el Clarinero. Cada día que pasa, miles de chapines cobramos consciencia de la pérdida moral que han sufrido nuestras instituciones. Hoy buscamos la mejor manera de tomar en nuestras manos las riendas de nuestro destino nacional. Queremos dejarle un mejor país a nuestros hijos y nietos. No queremos quedarnos con los brazos cruzados frente a este marasmo, y que el día de mañana nos reclamen como el poeta César Vallejo recriminó a su generación: “Acuso a mi generación de impotente para crear un espíritu propio, hecho de verdad, de vida, en fin, de sana y auténtica inspiración humana.

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