REGISTRO AKÁSICO

El rebaño sagrado

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De la misma manera, las corrientes políticas no son para recrearse en sí mismas, sino para conseguir transformaciones en la sociedad. Esta enseñanza es más urgente en la izquierda, pues debe expresarse en una creciente aceptación por la mayoría ciudadana o desaparecer.

Algunos teóricos de la derecha se han dado a la tarea de aconsejar a los líderes de izquierda. Les dicen que deben medrar en las luchas ecologistas, pues representan la única movilización visible de la protesta en el país.

Tales consejos están motivados por el deseo de arrinconar a quienes desean invertir las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales que favorecen una sociedad de opresión popular. Se busca que pierdan su discurso democrático, o lo cambien por otro que es claramente conservador.

Al fin, piensan estos gratuitos consejeros, la izquierda debe agotarse en quejas sin propuestas realistas.

Contra ese pastoreo para mantener un rebaño acrítico, manipulable y con líderes espurios se convoca a una revolución democrática. En lugar de borregos que repiten consignas fácilmente desacreditables, se llama a constituir un movimiento ciudadano que integre a los pueblos indígenas, las clases medias, los trabajadores conscientes, los minifundistas y los estudiantes. No obstante, la tarea no es fácil, se necesita de pensadores templados que suscriban nuevos planteamientos que rompan el monopolio de la “agenda nacional”, el “consenso de los sectores”, los diversos “pactos” y otras posiciones subvencionadas que favorecen a la oligarquía en el país.

Tal voluntad se manifestó en una reunión organizada por la fundación socialdemócrata alemana, en la que Álvaro Velásquez fue el expositor. Su idea consiste en lograr una bancada de la dignidad que exprese iniciativas progresistas. El problema es conseguir atención, sin grandes recursos, en medios de comunicación social.

Como se sabe, en el país, la propaganda se ha demostrado eficaz para movilizar voluntades de una ciudadanía poco educada y sin posición crítica. De donde, para el efecto, debiera contarse con un héroe semejante a los que imaginaron los antiguos griegos.

Para comenzar, Velásquez ha lanzado un movimiento denominado Plataforma Ciudadana, que identifica con la letra griega Pi. Considera que las clases medias urbanas razonarán y abandonarán a los partidos de derecha. Espera que los intelectuales y dirigentes que ha convocado se mantengan fieles a esa idea de cambio, así como que generen una nueva actitud electoral. ¡Suerte!

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.