Q’A NO’JB’AL

General, ¡renuncie!

Kajkoj Máximo Ba Tiul

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El 27A tiene olor a revolución. En todo el país, el grito “renuncia ya”, acompañado de “no tenemos presidente”, con toque propio de cada región; hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos, ancianas, estudiantes, profesores, campesinos, indígenas, no indígenas, todos y todas tratan de encontrar el camino para la segunda independencia.

El territorio de Tezulutlán, desde el inicio de este gobierno, lo desconoció. La marcha indígena y campesina que salió de este territorio en marzo del 2012 hacia la capital fue el inicio de la ruptura y del descontento. Porque los compromisos asumidos al final de la marcha, estando presente la famosa Comisión de Diálogo, dirigida por el también corrupto y aprovechado Miguel Balcárcel, fueron suficientes para comenzar a creer que este era el camino de Otto Pérez Molina.

Su respuesta a las demandas de los pueblos originarios de Tezulutlán fue la criminalización, persecución y judicialización. En vez de resolver la situación de Río Dolores, por el caso hidro Santa Rita, con apoyo del alcalde de Cobán, Leonel Chacón, y del exgobernador Ronald Sierra, intentan instalar un destacamento militar en la comunidad Monte Olivo, pero la resistencia y la dignidad del pueblo Q’eqchi’ fue más fuerte, y en repuesta OPM fortaleció las acciones militaristas y contrainsurgentes contra las comunidades.

La muerte de los niños David y Ageo, el intento de secuestro de uno de los líderes comunitarios y las órdenes de captura contra más de 20 comunitarios y comunitarias, solo por defender su tierra y su territorio, no fueron suficientes para frenar la avalancha de avaricia, codicia, corrupción y salvajismo de usted, general, y sus secuaces, que aprendió a matar indígenas durante el conflicto armado en el territorio Ixil.

Muchas han sido las acciones de usted, no solo ha sido la corrupción y el robo de los recursos del Estado, sino porque también facilitó a diestra y siniestra las licencias de explotación y exploración minera, las licencias hidroeléctricas, el cultivo de monocultivos, violando el derecho de los pueblos a ser consultados y a su autonomía y libre determinación.

Todo esto se funde con la firma de un convenio espurio entre la hidroeléctrica Santa Rita, la municipalidad, donde usted actuó no como presidente, sino como testigo de honor, y que dio lugar al desarrollo de la violencia en la región, como lo sucedido el 14, 15 y 16 de agosto del año pasado, cuando más de mil 600 policías se ensañaron contra las comunidades Q’eqchi’ de Río Dolores, Samococh, Raxruha y otras, dejando muertos, heridos, capturados, miedo y desolación en la población de la Tezulutlán profunda.

Esta sí es la Guatemala profunda, señor general. No la que usted apela para que lo defienda. Usted, general, y sus demás aliados tienen que irse a la cárcel, porque todo corrupto y ladrón allí es su lugar. General, renuncie ya, para nosotros usted nunca fue presidente, fue testigo de honor y represor.

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