VENTANA

La nueva generación

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El viernes pasado transcribí el poema La Plegaria del Estudiante del célebre biólogo chileno Humberto Maturana. A mi juicio este poema es un retrato hablado de la nueva generación de jóvenes guatemaltecos que, desde el mes de abril, se han puesto de acuerdo para sacar a Guatemala de la debacle moral y política en la que hemos vivido tantos años.

Desde que comenzaron las manifestaciones en la Plaza de la Constitución, vi cómo esta nueva generación de jóvenes lograban conseguir lo imposible. Creí que era importante reflexionar y tener una idea que nos ayudara a identificar cómo es esta generación, llegar a saber qué piensan, qué los motiva, en qué son distintos a la juventudes de antes, qué valores los inspiran, por qué se entienden y logran superar su ser individual y están, de verdad, creando una inteligencia colectiva que antes no teníamos los chapines.

Para ponerlos en contexto, La Plegaria del Estudiante fue escrita en el año de 1972. Lo curioso es que el autor no es el estudiante, sino su padre, quien se inspiró en la rebeldía natural con la que su hijo rechazaba la actitud impositiva e intolerante de uno de sus maestros que pretendía someterlo a ser como él era. Esa clase de maestros son el sinónimo de los políticos tradicionales que ven la realidad creyendo que su visión es la única que vale, y tratan de imponerla a los demás, hasta que, unidos a otros políticos que comparten estas mismas ideas de control social, se convierten en déspotas.

El joven estudiante representa a las nuevas generaciones que ya no se conforman con ser simples observadores de la realidad nacional. El último párrafo del poema dice así: “Ya no podrás predecir la conducta de tu vecino, tendrás que mirarlo; ya no sabrás lo que él te dice escuchándote, tendrás que dejar poesía en sus palabras. El error será nuevamente posible en el despertar de la creatividad, y el otro tendrá presencia. Tú, yo y él tendremos que hacer el mundo. La verdad perderá su imperio para que el ser humano tenga el suyo. No me instruyas, vive junto a mí; tu fracaso es que yo sea idéntico a ti”.

Quienes nos han gobernado en estos tiempos amorales no se han atrevido a mirarnos… han preferido predecirnos. Tampoco nos oyen, porque están entrenados solamente para escucharse a sí mismos. El concepto de democracia e institucionalidad en el que hemos vivido no es creativo ni permite la participación de la sociedad civil. Sin embargo, a pesar de nuestras diferencias abismales, nos necesitamos los unos a los otros porque, juntos, tendremos que renovar Guatemala.

Esta nueva generación no busca lo perfecto, pero sí lo humano. Se inclina por lo plural porque no existe la verdad absoluta. Las tecnologías muestran que no existe una sola forma de ver y hacer las cosas. Exige menos decisiones de arriba hacia abajo. “Ese es el impacto que tiene en un país como Guatemala el despertar de la sociedad civil, que ha surgido de la conciencia generosa de esta nueva generación de jóvenes dispuestos a cambiar nuestra historia,” cantó el Clarinero.

clarinerormr@hotmail.com

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