ALEPH

La predicción más cierta

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Somos poseedores de un destino manifiesto y, aunque hay un mínimo porcentaje de suerte en lo que nos sucede, lo demás responde a principios físicos tan básicos como el newtoniano de acción-reacción. Un cuerpo imprime una fuerza sobre otro(acción), y este reaccionará con otra fuerza de igual valor y dirección contra aquél, solo que en sentido contrario (reacción). O sea que poco o nada de lo que está pasando en la Guatemala del 2016, es casualidad.

El Estado desfinanciado que nos cobija, es la respuesta a la aplicación de una serie de políticas afines al modelo de acumulación capitalista. La corrupción que practican hoy por igual policías, políticos, empresarios, y tenderos de esquina, es producto de años de perfeccionamiento e impunidad. La situación de violencia y la falta de seguridad humana que enfrentamos, son el resultado de una serie de olvidos, desequilibrios, abandonos prolongados y exclusiones encarnadas en millones de cuerpos negados de hombres y mujeres de este país. Y las movilizaciones ciudadanas del 2015, para unos espontáneas y para otros promovidas por EE. UU., fueron eso y más: fueron la reacción a la suma de eventos y acciones en el tiempo, como por ejemplo aquel primer ejercicio de debate ciudadano que vivimos alrededor del juicio por genocidio, un par de años antes.

Cada día asoman a la superficie de nuestro país interminables problemas políticos y económicos. Pero si vamos al fondo, todo se reduce a imaginarios y prácticas culturales y morales, tanto de quienes toman decisiones, como de quienes aceptan esas decisiones en condición de “yo-no-puedo-hacer-nada”. Si creemos que tener mucho dinero es lo más importante, pasaremos sobre quien sea, no importa qué tengamos que hacer para conseguirlo. Si creemos que violar niñas es normal, tendremos en siete meses aproximadamente 70 mil niñas y adolescentes entre 10 y 17 años embarazadas (Guatemala/2015). Si creemos que la “mordida” es parte irreductible de todo negocio, seremos parte de las sólidas estructuras de corrupción que asfixian a Guatemala. Si no creemos en el cambio climático, sino en el creacionismo y el extractivismo, aseguraremos con poco criterio científico, que la naturaleza se regenera sola a la misma velocidad que la destruimos y que tomar agua embotellada es símbolo de progreso. Si creemos que está bien dejar a millones en la ignorancia y el olvido para que no piensen, no desarrollen conciencia, no cuestionen un orden perverso, o no exijan vivir en dignidad, el resultado será un país de ciegos, donde cualquier tuerto puede ser rey.

Armemos, a manera de ejemplo, el rompecabezas del Estado desfinanciado en el contexto actual: 1.) rumores de una devaluación de nuestra moneda a Q9 por US$1; 2.) a petición del presidente Morales, Finanzas colocó mil 826 millones de quetzales en bonos del tesoro; 3.) los salarios mínimos diferenciados decretados por el expresidente Maldonado siguen vigentes; y 4.) se da el anuncio de Morales, de entregar tarjetas de débito en lugar de bolsas solidarias o seguras a personas de escasos recursos. En el caso de la devaluación, “son rumores, son rumores”, porque los expertos aseguran que hay más oferta de dólares que demanda en el mercado guatemalteco, lo cual frena de inicio una medida como esta, que castigaría aún más a quienes sí tributamos. Esta clara intención de un sector del poder económico organizado, no encuentra eco en la realidad. Por otra parte, el jefe del Banco de Guatemala le rehizo la plana a Morales cuando este dijo que la previsión de crecimiento económico sería de un 6%. No es realista, dijo el presidente del Banguat (ya van dos). Y en medio de todo, la ampliación al presupuesto a estas alturas del partido supone inconsciencia, urgencia y el futuro hipotecado de millones de niñas y niños que ni han siquiera nacido. Lo de los salarios mínimos diferenciados y la entrega de tarjetas de débito para comprar alimentos, deriva de una misma lógica económica implantada hace décadas en el país, solo que en este caso habrá una bancarización del proceso al dar tarjetas en lugar de bolsas. Lo político es económico, y lo económico, a su vez moral y cultural. Así que dime cómo piensas y te diré qué harás. Dime a quiénes representas hoy y te diré el país que tendremos mañana.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.