MACROSCOPIO

Los creadores de la laguna negra

No quiero entrar en detalles y razonamientos sobre la cualificación de la empresa, ni quiero discutir sobre la fórmula a utilizarse, pues sencillamente no la conozco.

El tema es un tema complejo donde la corrupción y la indolencia han sido el nombre y apellido de problema.

Veamos lo que decía el lunes la primera plana de un diario vespertino l: ” Amatitlán: inversión de 1,887 millones, sin éxito”. Esa cantidad es nada menos que lo trasladado a la Autoridad para el Manejo Sustentable del Lago de Amatitlán desde el 2004 al 2014, o sea que lo contratado con Trantic Engineering es una bicoca. Por supuesto, de eso nadie dijo absolutamente nada y ahora sale todo el mundo a protestar, y la verdad es que, comenzando por la Universidad de San Carlos, los ambientalistas y otras entidades protestantes, todos dejaron pasar este despilfarro sin que a lo largo de estos años hicieran propuestas serias para salvar al agonizante lago.

La indolencia de las municipalidades que más contaminan el lago: la Ciudad de Guatemala, Villa Canales, San Miguel Petapa, Mixco, Villa Nueva y Santa Catarina Pinula… Todas estas municipalidades tienen sin funcionar sus planta de tratamiento de aguas y desde la creación del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), se les ordenó la reducción de la demanda biológica de oxígeno. El no cumplimiento de esta obligación será castigado por la vía penal y su vencimiento es en mayo de este año.

La situación del lago no solo es grave por la falta de tratamiento de las aguas sino por el azolvamiento causado por las areneras, de las cuales algunos alcaldes son socios o propietarios.

La profundidad del lago era de 30 metros en los años 50; para el 2014, en promedio, es de 7.50 m, calculándose, según estudios, que para el 2020 la profundidad será solamente de un metro, lo que lo convierte en un pantano.

Haciendo un recorrido, muchas plantas están paradas y las municipalidades aducen no tener presupuesto para pagar la energía eléctrica, pero el mayor beneficiario del lago es el Inde, que lo utiliza de embalse para la Hidroeléctrica Jurún Marinalá; por lo tanto las comunas deberían solicitar al Inde el pago de la energía de las plantas.

Probablemente los israelitas logren limpiar parcialmente, pero si los ríos Platanitos y Villalobos siguen llevando desechos humanos, animales e industriales, no habrá poder humano que lo recupere.

Alguno argumenta que uno de los problemas es la población de más de dos millones que habita a las orillas del lago, causa no justificable. Recordemos que los mayores centros urbanos del planeta crecieron alrededor de ríos y lagos y a la fecha vemos una limpieza absoluta en muchos de los lagos del mundo. ¿Por qué? Porque allí no hay corrupción, hay consciencia para cuidar los mantos acuíferos.

Los números son abultados, entran al lago 1,500 toneladas diarias de sedimento, 60,300 metros cúbicos de aguas servidas, y solo el 32% de las empresas tratan el agua, y ni siquiera el 10% de las lotificaciones.

No sabemos si el proyecto va a seguir. Y si no sigue, ¿cuáles serán las soluciones que plantearán la academia, los ambientalistas y las cámaras empresariales?

¿Quién tendrá la coercitividad y el carácter para poner en su lugar a los responsables?

Ya se debe de sancionar a los creadores de la laguna negra.

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